"La pensé después de un intento de suicidio": tiene 18 años y creó una plataforma para que los chicos puedan contar sus problemas
Valentín De Antonio ideó la aplicación después de que una compañera quisiera quitarse la vida. Ya son seis las escuelas que usan la herramienta. Los estudiantes suelen enviar mensajes que advierten sobre casos de bullying, ideas de muerte y depresión.
El día que todo cambió fue un jueves, un momento que quedó grabado en la memoria de Valentín De Antonio, un joven de 18 años que recuerda con claridad el instante en que su vida dio un giro inesperado. En aquel entonces, tenía 13 años y asistía a un colegio secundario en la ciudad de Mendoza. Era cerca del mediodía, y Valentín se encontraba en una videollamada con varios compañeros, ajustando los últimos detalles de una presentación de geografía que debían exponer esa misma tarde.
De repente, el ambiente se tornó sombrío cuando comenzaron a recibir mensajes de otros alumnos sobre un suceso alarmante: una compañera de su mismo año había intentado suicidarse. La noticia causó una conmoción instantánea, sin embargo, a pesar de la gravedad de lo ocurrido, las clases no fueron suspendidas. Durante la tarde, docentes y preceptores dedicaron su tiempo a “hablar del tema”, en medio de un ambiente que Valentín describe como terrible y pesado, donde el llanto era común entre sus compañeros.
Al día siguiente, impulsados por el deseo de que se tomaran en serio las problemáticas que afectaban a los estudiantes, Valentín y sus compañeros se reunieron para expresar sus demandas. “Queremos espacios de escucha privados y seguros” y “No subestimen al alumnado” fueron las consignas que gritaron en los pasillos de la escuela. Valentín reflexiona sobre cómo muchos problemas eran minimizados como meros intentos de llamar la atención, lo que, a su juicio, puede llevar a situaciones trágicas.
En las semanas siguientes, la institución organizó algunos talleres sobre el tema, pero Valentín sintió que no había un cambio real en la forma de abordar las problemáticas. Fue entonces cuando él y un amigo decidieron actuar. Juntos, desarrollaron una plataforma que permite a los estudiantes informar sobre casos de bullying, ciberbullying y problemas de salud mental, como la depresión o pensamientos suicidas. A esta herramienta la llamaron Qaizen, que rápidamente comenzó a demostrar su utilidad: seis escuelas empezaron a utilizarla, recibiendo más de 100 mensajes de estudiantes.
Un espacio de escucha
Valentín se adentró en el mundo de la programación a los 12 años, durante un periodo de confinamiento por la pandemia. Pasaba horas en su habitación, explorando cursos gratuitos en línea. En sus inicios, su aspiración era convertirse en hacker, sin imaginar que años más tarde, utilizaría sus habilidades para abordar problemáticas sociales críticas en el ámbito escolar.
Movido por el intento de suicidio de su compañera y los reclamos de sus pares, Valentín decidió, en diciembre de 2022, iniciar un proyecto personal. Se unió a Matías Cúneo, un amigo de la misma edad, y juntos se dedicaron a programar Qaizen durante los meses de verano. “Estábamos enfocados, empezábamos temprano y a veces programábamos hasta la madrugada, acompañados de litros de café”, recuerda Valentín, quien quería que la plataforma sirviera como un espacio seguro para los estudiantes.
Durante dos años, probaron la plataforma en varias escuelas, y actualmente está disponible para cualquier institución interesada en implementarla. “Nuestro objetivo es generar un cambio cultural y darle la importancia que merece al bienestar, incluyendo la salud mental”, explica Valentín.
El joven ha notado que muchas organizaciones no logran crear un ambiente de confianza que permita a los jóvenes hablar sobre sus problemas. “Esto puede derivar en situaciones graves, desde el ausentismo escolar hasta intentos de suicidio”, menciona Valentín, quien en abril tuvo la oportunidad de compartir sus ideas frente a más de 12,000 adolescentes en el Movistar Arena, junto a reconocidos artistas y emprendedores.
Los mensajes que recibió tras el evento fueron conmovedores: “En el colegio tuve problemas y terminé afectada. Es muy importante que alguien piense en ideas para ayudar a la salud mental”; “Mi hijo tuvo que dejar el colegio por el bullying que recibía, deberían dar charlas de prevención en todos los colegios”; y “Me acordé de una excompañera que tuvo un intento de suicidio cuando nadie sabía que estaba mal” son solo algunos ejemplos de las reacciones que generó su trabajo.
Bullying y ciberbullying
La escuela Dr. José Vicente Zapata, con más de 100 años de historia y 1,000 alumnos, es una de las seis instituciones en Mendoza que ya utiliza Qaizen. Cada alumno puede acceder a la plataforma desde cualquier dispositivo y completar un cuestionario personalizado que les permite expresar sus sentimientos y experiencias de forma anónima.
“Los espacios de escucha son fundamentales en temas de salud mental”, señala Claudio Peña, director de la escuela, quien se encarga de leer los informes que llegan a través de Qaizen. Reciben entre 10 y 15 informes por semana, principalmente relacionados con bullying y ciberbullying. Peña resalta el compromiso de la escuela por eliminar estas problemáticas.
Valentín narra su propia experiencia escolar, recordando que el bullying era algo normalizado tanto por alumnos como por profesores. Según una investigación reciente de la nación, muchas escuelas carecen de planes efectivos para abordar la violencia y las problemáticas de salud mental.
Al principio, Valentín se dedicó a acercarse a distintas escuelas para presentar Qaizen. Sin embargo, muchas autoridades no consideraban el tema como una prioridad. “No se querían vincular con temas sensibles, pensando que se llenarían de casos. Pero la intención era detectar los problemas existentes y trabajar en su prevención”, aclara Valentín.
En su primera prueba en una escuela, con un grupo de 33 estudiantes, se recibieron 20 informes, en los que se expresaban sentimientos de soledad, bullying y autolesiones. Valentín recuerda que en su época escolar se sentía desconectado de la institución, sin un espacio seguro donde compartir sus problemas. “La falla está en que los alumnos suelen acudir al gabinete cuando ya es tarde. Por eso es vital detectar los casos a tiempo y prevenir”, concluye Valentín, quien con Qaizen aspira a ayudar a resolver estos desafíos.