“Esto a mí ya me mató”, dice Gabriela, y con su testimonio se refleja la situación que viven cientos de afiliados a PAMI, desde que se implementó el nuevo sistema de entrega domiciliaria de pañales para adultos. 

A dos meses de implementada la nueva modalidad de entrega de pañales por parte del PAMI, cientos de jubilados, afiliados y sus familias siguen enfrentando una verdadera odisea para acceder.

Lejos de la anunciada eficiencia, el nuevo esquema, que reemplazó la entrega en farmacias por envíos domiciliarios a través de la empresa Urbano Express, derivó en una maraña administrativa, falta de información y, en muchos casos, la imposibilidad de acceder a un insumo básico para personas en situación de dependencia.

En lugar de recibir los productos en sus casas, como se dispuso desde junio, los beneficiarios deben iniciar un recorrido que incluye llamados a la línea 138, visitas a las oficinas de PAMI y, finalmente, a las sedes de Urbano Express, donde en muchos casos tampoco encuentran solución.

Testimonios: las mil vueltas por los pañales

El diario Los Andes de la provincia de Mendoza, relevó varios testimonios aunque cabe destacar que en la provincia de Tucumán también se reportaron numerosas quejas de afiliados de Pami. 
Gabriela, quien vive en Costa de Araujo, en Lavalle Mendoza, lleva más de un mes tratando de conseguir los pañales para su padre. “Fui dos veces a Pami de Lavalle, me hicieron el reclamo, me volvieron a tomar el domicilio porque decían que el código postal estaba mal, me pidieron otra vez el mail, el teléfono. Y acá estoy, otra vez”, relató.

En su caso, el sistema indica que la entrega está “pendiente”, pero nunca llegan. “Fui con un certificado de Pami y en la empresa me dijeron que si no está cargado en el sistema, no lo pueden entregar, que lo tiene que cargar PAMI. Es una locura”, agregó.

La situación afecta su vida cotidiana. Gabriela trabaja como transporte escolar y tiene que dejar de trabajar cada vez que viaja para resolver el trámite. “Mi papá está solo en casa, la cuidadora hoy no pudo venir. Yo llevo a mis hijos a la escuela, los tengo que buscar al mediodía. Y mientras tanto se me va toda la plata en pañales. Un paquete de diez cuesta ocho mil pesos. Es insostenible”, aseguró. Y concluyó con una frase cargada de angustia: “Esto a mí ya me mató”.

Otra mujer, que llegó desde Santa Rosa, narró al borde de las lágrimas que el mes pasado se quedó esperando y nunca llegaron. “Solo quiero poder volver. Dejé a mi esposo enfermo solo, el mes pasado me quedé esperando los pañales y no vinieron”, dijo tras haber sido redirigida desde Godoy Cruz a Maipú, en una odisea de varias escalas y varios kilómetros.

Un señor salía del galpón tras una experiencia “exitosa”. Al menos llevaba sus pañales, una suerte con la que no todos cuentan. Habían visitado la casa de su madre, pero no había salido nadie. Es que la mujer es mayor y no puede atender la puerta y depende de que esté presente la cuidadora, que en esa ocasión no estaba. Le habían dejado el aviso, algo que recibieron la mayoría de los que estaban a la espera del producto. Había sido el 8 de julio y luego ya no fueron más por eso debió trasladarse él por su cuenta.

Minutos después, Eduardo salía como parte del segundo grupo: con las manos vacías. Es parte de los que reciben como respuesta que sus familiares no están en el sistema pese a que, antes del cambio, ya recibían los pañales. Le dijeron que debe volver a la oficina de PAMI de Ciudad para reiterar el trámite.

Del “sistema más eficiente” a una cadena de frustraciones

Desde junio, el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI) anunció un nuevo sistema de entrega directa de pañales, con la promesa de mayor eficiencia, trazabilidad y calidad. Se alegó que los contratos anteriores eran poco claros y que los productos se revendían en redes sociales. La nueva modalidad evitaría intermediarios y garantizaría calidad con entrega directa a domicilio.

El 11 de junio se informó oficialmente que el 76% de los pañales ya había sido entregado. Sin embargo, pronto comenzaron los reclamos. Muchos afiliados no sólo no recibieron los productos, sino que tampoco obtuvieron respuestas claras de ninguna de las instancias involucradas.

Qué dice la empresa que distribuye los pañales

Sin dar una respuesta oficial, en Urbano Express explican que el principal problema es que muchas personas no se encuentran en sus domicilios cuando se realiza la entrega. Según afirman, esto es habitual en la distribución de paquetería. Señalan que dejan siempre un aviso de visita y que vuelven dos veces.

Sin embargo, los adultos mayores muchas veces no escuchan el timbre, no pueden movilizarse o dependen de que otra persona esté en casa para recibir el paquete, lo que no siempre ocurre. También hay casos de domicilios mal cargados o incompletos, lo que la empresa atribuye al sistema de PAMI. Incluso se ha registrado que algunos afiliados desconfían y no abren la puerta, e inclusive una vez se llamó a la policía por un intento de entrega.

En redes sociales, los reclamos contra Urbano Express ya eran frecuentes antes del acuerdo con la obra social. Las denuncias se repiten: falta de entrega, líneas de atención que no responden, y situaciones donde se afirma que se pasó por un domicilio sin ser atendidos, pero los residentes aseguran haber estado allí sin recibir nada, ni siquiera el aviso de visita.

En definitiva, a pesar de las buenas intenciones declaradas y de llevar casi dos meses, el nuevo sistema de entrega de pañales sigue presentando fallas en su implementación. En el medio, quienes sufren son los afiliados y sus familias que ven afectada su vida, su dinero y vulnerado su derecho a acceder a este recurso esencial que no puede esperar./ Los Andes