La Corte Suprema de Justicia ha tomado una decisión que impacta profundamente en el panorama político y judicial del país. Este pronunciamiento ratifica el fallo emitido en noviembre del año anterior por la Sala IV de la Cámara de Casación Penal en la causa conocida como Vialidad. Este caso ha generado un intenso debate en la sociedad argentina, ya que aborda la supuesta defraudación al Estado en relación con contratos de obras públicas. El fallo de la Corte fue recibido con una mezcla de reacciones en el ámbito político. 

La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, condenada en este caso, se dirigió a sus seguidores en un acto frente a la sede del Partido Justicialista. En su discurso, expresó su descontento con la decisión judicial, afirmando que "esta Argentina que hoy estamos viviendo no deja de sorprendernos porque el partido judicial le agrega el cepo al voto popular". Estas palabras reflejan una postura crítica hacia la legitimidad de la decisión judicial y su impacto en la democracia. Además, Fernández de Kirchner utilizó términos despectivos para referirse a los tres miembros de la Corte Suprema que confirmaron la condena, calificándolos de "impresentables" y "monigotes". 

Su discurso también incluyó una crítica hacia la política económica del actual presidente Javier Milei, sugiriendo que el rumbo del país bajo su gestión podría llevar a una crisis. "Esto no tiene final feliz. Somos la única alternativa firme cuando esto se desplome. Cuando este monigote se caiga, estaremos nosotros para resolver los problemas que nos dejen", sostuvo. 

La situación actual en Argentina, marcada por tensiones políticas y judiciales, plantea interrogantes sobre el futuro del país y la relación entre los distintos poderes del Estado. La Corte Suprema, en su papel de garante de la legalidad, se encuentra en el centro de un debate que no solo abarca el ámbito jurídico, sino que también toca aspectos profundamente arraigados en la política y la sociedad argentina.