El gobierno provincial presentó el inicio de un ambicioso proyecto destinado a proveer iluminación continua en un tramo crítico de la Ruta Nacional 9: los 27 kilómetros que conectan El Cadillal con el Mercofrut. Se trata de una arteria de alta circulación y, según las autoridades, uno de los segmentos más riesgosos de la provincia, por lo que la intervención busca reducir la siniestralidad y mejorar la seguridad vial nocturna.

El plan técnico prevé la instalación de alrededor de 900 columnas —combinando postes simples y dobles— de 12 metros de altura, con luminarias de 195 vatios ubicadas a intervalos de 25 metros. El diseño responde a criterios de cobertura uniforme y a la necesidad de garantizar visibilidad en todo el corredor. La obra tiene un costo estimado en 6,5 millones de dólares y se financiará con el plan de inversiones de la distribuidora provincial de energía.

Las autoridades señalaron que la ejecución de la obra está proyectada para completarse en el transcurso de un año. No obstante, indicaron que el principal reto no es estrictamente técnico ni financiero, sino el alto nivel de vandalismo que suele afectar este tipo de instalaciones. Hurtos de cableado, daños a luminarias y actos de sabotaje han sido citados como factores que pueden demorar o encarecer la obra y su posterior mantenimiento.

Como complemento del proyecto, el gobierno indicó que ya están disponibles 1.400 millones de pesos destinados a dotar de iluminación los accesos a los municipios y comunas lindantes a las rutas. Esa partida apunta a extender la intervención más allá de la calzada principal, buscando mejorar la seguridad en los ingresos y egresos de las localidades atravesadas por la RN9.

El anuncio genera expectativas y plantea preguntas: por un lado, la promesa de mayor seguridad vial y reducción de riesgos en una vía muy transitada; por otro, la necesidad de garantizar la protección y el mantenimiento de la inversión frente a prácticas vandálicas recurrentes. El éxito del proyecto dependerá no solo de la calidad de los materiales y la gestión de la obra, sino también de medidas complementarias de prevención, vigilancia y participación comunitaria que minimicen los riesgos de destrucción y permitan la sustentabilidad del sistema lumínico en el tiempo.