Cómo prevenir enfermedades respiratorias por el uso del aire acondicionado
La falta de mantenimiento en los filtros o los cambios bruscos de temperatura son problemas que pueden derivar en resfriados y hasta neumonías. Conoce cómo cuidarte.
Llega la época de altas temperaturas y comienza a extenderse el uso del aire acondicionado, el cual puede traer consecuencias para la salud en caso de no utilizarse de forma adecuada. Para evitar cualquier afección, te traemos una serie de recomendaciones.
“Los aparatos de aire acondicionado enfrían el aire, le quitan humedad y tienden a acumular polvo u otro tipo de sustancias orgánicas en los filtros. Todo ello favorece la irritación, inflamación o infección de las vías respiratorias. Los problemas más graves se relacionan con los gérmenes acumulados en los filtros sucios del aire acondicionado cuando no hay un mantenimiento adecuado”, explicó la doctora Ana Putruele, jefa de la División Neumonología del Hospital de Clínicas.
Entre estos gérmenes, el más conocido es la bacteria Legionellapneumophila, responsable de una neumonía que puede ser grave. Otros de los principales contaminantes del aire son los hongos Aspergillus niger y Aspergillus fumigatus, que provocan rinitis, asma, neumonía o neumonitis por hipersensibilidad.
“Además, hay otras afecciones frecuentes causadas por el uso prolongado de estos aparatos: resfriados, laringitis, faringitis, sinusitis, crisis de alegrías, broncoespasmos en personas asmáticas y episodios de agravamiento de EPOC en casos más complejos”, añadió la especialista.
El aire acondicionado y las alteraciones del sueño
“La temperatura ideal para dormir ronda entre los 24° y 25°, temperatura que resulta confortable para el cuerpo. Cuando uno duerme con temperaturas más altas, nuestro cuerpo suele tener despertares por incomodidades o sudoración. Estos factores contribuyen a que el sueño sea superficial y de mala calidad", dijo Facundo Nogueira, neumonólogo y jefe del Laboratorio del Sueño del Hospital de Clínicas.
Añadió: "Por eso, es importante que en verano la habitación esté lo suficientemente refrigerada. El objetivo es lograr una temperatura de 24/25°. También hay que tener cuidado con poner el aire acondicionado en una temperatura menor porque puede resultar contraproducente, ya que podemos sentir frío y despertar varias veces a mitad de la noche”.
A su vez, expresó que “una persona adulta necesita dormir entre 7 y 9 horas para tener una calidad de vida adecuada, un sueño reparador. Dormir menos de 7 horas aumenta el riesgo de padecer enfermedades -como problemas cardíacos o problemas metabólicos- y también aumenta la mortalidad de forma global. Además amplía el riesgo de tener presión alta, arritmias y problemas cardiacos. Los niños y adolescentes necesitan dormir más horas por la noche”.
En tanto, la doctora Putruele destacó que -debido a que los aires acondicionados secan los conductos nasales- pueden causar irritación en las membranas mucosas: “En ausencia de esta protección nos volvemos más vulnerables al ataque de algunos virus. El empleo del aire acondicionado favorece la permanencia de las personas en ambientes cerrados, con menor ventilación, facilitando de este modo la transmisión y el contagio de gérmenes”.
“Durante el primer año de vida, las vías aéreas son muy estrechas y susceptibles a los cambios del medio ambiente, y cualquier infección o irritación puede dificultar la respiración normal. Para evitar la sequedad en el ambiente, se deben ventilar con frecuencia las habitaciones donde estará el niño, una hora al día como mínimo. De esta manera, aprovecharemos también para hacer descansos, ya que no es recomendable tener continuamente en marcha el aire acondicionado", explicaron.
"Hay que limpiar los filtros del equipo con frecuencia y garantizar su higiene, ya que se pueden acumular en su interior el polen, el polvo, los ácaros y los hongos. Es muy importante que el chorro de aire no esté enfocado directamente a los más pequeños”, profundizaron.