Cómo se evitó que la caída de la avioneta en Yerba Buena terminara en tragedia
El incidente fue descrito en detalle por el presidente del Aeroclub, quien destacó el rol de la entidad, emplazada cerca del lugar donde terminó la pequeña aeronave.
Este viernes al mediodía, Yerba Buena vivió un momento de tensión e incertidumbre cuando una avioneta realizó un aterrizaje de emergencia en un predio ubicado en avenida Perón al 1900.
La maniobra fue ejecutada por el piloto José Daniel Sialle, quien se encontraba realizando un vuelo de entrenamiento junto a su alumno, Julio César Saavedra. Afortunadamente, no hubo heridos ni daños a terceros.
Según el parte policial, la aeronave experimentó una falla mecánica durante el circuito de instrucción, lo que obligó al piloto a buscar rápidamente un área despejada para descender.
Con destreza, Sialle logró dirigir la avioneta hacia un terreno baldío, evitando así una tragedia. El impacto provocó la rotura de una de las ruedas y de la hélice, pero los ocupantes salieron ilesos.
Los detalles de la maniobra que evitó la tragedia
El incidente generó una fuerte repercusión en redes sociales y atrajo a numerosos curiosos al lugar, que rápidamente fue cercado por la policía. El piloto evitó dar declaraciones a la prensa, aunque se identificó brevemente ante los oficiales. Al ser consultado, respondió: “Tengo que hablar con los que van a analizar el caso. Ustedes se van a enterar después”.
Ante las versiones que circularon en las redes, el presidente del Aeroclub Tucumán, Lucas Garbero, brindó declaraciones para aclarar lo sucedido. Confirmó que la aeronave no pertenece al club ni a su escuela de vuelo, sino que se trata de un avión privado. El piloto actuó correctamente conforme a los protocolos establecidos, realizando un viraje adecuado y eligiendo acertadamente el lugar para el aterrizaje.
Garbero explicó que el desperfecto se produjo al impactar la rueda del tren de nariz contra un desnivel del terreno, lo que generó que el avión se inclinara hacia adelante y arrastrara el motor. Descartó que se tratara de una caída frontal y señaló que el hecho fue notificado a la Junta de Seguridad en el Transporte, tal como lo indica la normativa vigente.
Un susto con final feliz
El directivo también aprovechó para defender la labor del Aeroclub y la preparación de sus pilotos. Destacó que cuentan con estándares internacionales, simuladores y una formación enfocada en emergencias. En los dos años de gestión, nunca hubo un hecho así fuera del aeródromo. Además, aseguró que sus aviones están al día con inspecciones periódicas de hasta 1.000 horas.
Finalmente, Garbero subrayó la importancia del Aeroclub para la comunidad. No solo forman pilotos, sino que también son base para la lucha contra incendios forestales en el norte argentino. Su actividad aporta a la comunidad y siempre se realiza en regla.
El aterrizaje forzoso de este viernes, que pudo haber terminado en tragedia, concluyó sin víctimas ni consecuencias mayores. Si bien la investigación sigue en curso para determinar las causas precisas de la falla mecánica, el episodio sirvió como un recordatorio de la importancia de la preparación técnica y del profesionalismo ante lo inesperado.
Un susto con final feliz que quedará en la memoria de Yerba Buena.