El crecimiento habitacional en San Miguel de Tucumán se presenta como un fenómeno incesante, caracterizado por la constante construcción de nuevos edificios. Sin embargo, este desarrollo debe ir acompañado de una adecuada infraestructura de servicios, como el sistema cloacal, para garantizar la sostenibilidad y habitabilidad de la zona. 

En este contexto, el presidente de la Sociedad Aguas del Tucumán, Marcelo Caponio, expuso una situación que pone de manifiesto la necesidad de un mejor control sobre las obras en curso durante una reciente entrevista en el programa Los Primeros. Caponio reveló que, en la actualidad, existen alrededor de 70 edificios en construcción que carecen de la debida factibilidad de conexión al sistema de cloacas

"Es imperativo regularizar esta situación, ya que se trata de edificaciones que están en proceso de finalización", afirmó el funcionario, marcando un punto crítico en la discusión sobre el crecimiento urbano y la infraestructura necesaria para soportarlo. 

Asimismo, el presidente de la SAT destacó que, a pesar de las irregularidades identificadas, la Municipalidad de la Capital ha procedido a habilitar las obras en cuestión. Esta declaración subraya la complejidad del proceso de construcción y la necesidad de un marco regulatorio más estricto que garantice la concordancia entre el desarrollo edilicio y la infraestructura de servicios públicos. 

Colapso cloacal en la avenida Mate de Luna

En el barrio Villa Luján, particularmente en la intersección de Avenida Mate de Luna al 2.500 y Sargento Cabral, los residentes enfrentan una situación compleja y persistente. Un olor desagradable permea el aire, mientras que las calles se encuentran inundadas con aguas residuales, un problema que no ha surgido de manera reciente ni es aislado. 

Los vecinos han expresado su preocupación por las implicaciones sanitarias de este desborde cloacal, que se traduce también en complicaciones cotidianas que afectan su seguridad. Entre estas, se incluyen portones eléctricos que no operan adecuadamente debido a la acumulación de suciedad, la dispersión de agua sucia por los vehículos que circulan y una notable degradación del entorno urbano, lo que plantea interrogantes sobre la gestión de estos inconvenientes por parte de las autoridades locales.