El Obispo de Tucumán llamó a “comprender sin juzgar" tras la suspensión el Congreso de Infancias Trans
Los obispos Carlos Alberto Sánchez (arzobispo de Tucumán), Roberto José Ferrari (obispo auxiliar de Tucumán), José Antonio Díaz (obispo de la Santísima Concepción) y Darío Rubén Quintana, O.A.R. (obispo de la prelatura de Cafayate) publicaron la “Carta sobre algunos aspectos de la dignidad humana”.}
La suspensión del Primer Encuentro Global de Infancias Trans reavivó un debate social y religioso que cobró resonancia pública durante los últimos días. La Fundación Transformando Familias anunció la cancelación luego de recibir hostigamientos en redes y medios, y expresó su pesar por la "ausencia de empatía" hacia las infancias trans; por su parte, sectores conservadores celebraron la decisión como un acto de protección hacia la niñez. El evento había reunido más de 500 preinscriptos, entre familias, profesionales de la salud, docentes y activistas, y proponía un intercambio con expertos en salud mental, endocrinología y derechos humanos.
En paralelo, los obispos Carlos Alberto Sánchez, Roberto José Ferrari, José Antonio Díaz y Darío Rubén Quintana emitieron una carta pastoral titulada "Carta sobre algunos aspectos de la dignidad humana", que reafirma la visión católica sobre la dignidad intrínseca de la persona y advierte contra intervenciones irreversibles en menores. El documento, dirigido a la comunidad católica y a "personas de buena voluntad", cita el texto vaticano Dignitas Infinita para enfatizar que “una dignidad infinita”, que se fundamenta inalienablemente en su propio ser, le corresponde a cada persona humana" (Dignitas Infinita, 1).
La misiva, firmada con "nuestro amor de padres y pastores", no menciona de manera explícita la cancelación del encuentro pero enmarca la discusión en términos éticos y antropológicos, señalando inquietudes sobre prácticas que consideran potencialmente dañinas para niños y adolescentes. Mientras tanto, la Fundación sostiene que su trabajo responde a obligaciones éticas y legales y denuncia el hostigamiento recibido; grupos evangélicos y católicos interpretaron la suspensión como un respaldo a sus propuestas sobre protección infantil.
El episodio pone de relieve la tensión entre distintos enfoques sobre derechos de género y protección de la infancia en la provincia, con actores institucionales, religiosos y civiles en posiciones contrapuestas. En medio de la polarización, las voces tanto de organizaciones de la sociedad civil como de sectores religiosos llaman a sostener el diálogo público, aunque con diagnósticos y prioridades diferentes sobre cómo garantizar el bienestar de niñas, niños y adolescentes.
"Carta sobre algunos aspectos de la dignidad humana",
"La Iglesia en Tucumán desde hace muchos años atiende, contiene y acompaña, tanto personal como grupalmente, la realidad de hermanos y hermanas trans y en muchas situaciones de vulnerabilidad, buscando siempre el amor, la misericordia, la inclusión, la dignificación…, abrazando la vida como viene en todas las circunstancias y contextos".
"Un 'desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que «niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer... Es inquietante que algunas ideologías de este tipo, que pretenden responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles, procuren imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños. No hay que ignorar que «el sexo biológico (sex) y el papel sociocultural del sexo (gender), se pueden distinguir, pero no separar» Lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada»".
"También el Papa Francisco recordaba que 'tampoco se puede ignorar que, en la configuración del propio modo de ser, femenino o masculino, no confluyen sólo factores biológicos o genéticos, sino múltiples elementos que tienen que ver con el temperamento, la historia familiar, la cultura, las experiencias vividas, la formación recibida, las influencias de amigos, familiares y personas admiradas, y otras circunstancias concretas que exigen un esfuerzo de adaptación. Es verdad que no podemos separar lo que es masculino y femenino de la obra creada por Dios, que es anterior a todas nuestras decisiones y experiencias, donde hay elementos biológicos que es imposible ignorar. Pero también es verdad que lo masculino y lo femenino no son algo rígido' (Amoris Laetitia, 286)".
"Lo que realmente nos preocupa es que se pueda de alguna manera inducir a niños y adolescentes con tratamientos irreversibles que todavía no están aptos para recibir. Debiendo predominar la 'libertad responsable', la bioética enseña que niños y adolescentes gozan de la misma, aunque limitada, por carecer de la madurez que les permita tomar decisiones que comprometen su vida a futuro, ya que su identidad se encuentra en formación y no pueden consentir válidamente decisiones médicas que puedan resultar irreversibles".
"Los adultos debemos cuidar y proteger a los niños y adolescentes ayudándolos a integrar su experiencia afectiva y corporal y custodiar su desarrollo integral, entendiendo la naturaleza humana 'como persona sexuada que es totalidad bio-psico-socio-espiritual'. Consideramos que el 'principio de precaución', aplicado junto al principio de 'primero no hacer daño', impone ser prevenidos y abstenerse de intervenciones que en virtud de los derechos humanos y los derechos sexuales puedan contradecir los derechos de los niños y adolescentes que priman sobre todo otro derecho".
"El mayor servicio que se puede hacer a un niño que presenta incongruencia de género es el de la escucha y el acompañamiento en verdad y responsabilidad. Una y otra se necesitan mutuamente, una y otra deben actuar al unísono". Llaman a la comunidad católica a una "actitud pastoral inspirada en la escucha, la empatía y la misericordia", y a las personas de buena voluntad a "vivir con dignidad la vida con todos los desafíos que hoy se presentan; y a dignificar a cada ser humano, por medio del respeto, el diálogo, la comprensión, la paciencia; especialmente el amor fraternal con todos, sin excepción".
La carta, firmada con "nuestro amor de padres y pastores", no alude directamente a la cancelación del evento, pero llega en un momento de alta polémica social, donde el debate entre derechos de género y protección infantil divide opiniones. Mientras la Fundación agradece el apoyo de aliados y reafirma su labor, sectores evangélicos y católicos ven en la suspensión una validación de sus posturas.