El caso del fentanilo contaminado avanza hacia un punto crítico. El juez federal de La Plata, Ernesto Kreplak, trabaja en silencio, pero con intensidad: en su juzgado se evalúan las pruebas técnicas de la ANMAT y los expedientes vinculados a la producción del medicamento que ya provocó la muerte de 53 pacientes en unidades de terapia intensiva de hospitales públicos y clínicas privadas.

Las miradas apuntan hacia HLB Pharma S.A., su elaborador exclusivo Laboratorios Ramallo S.A., y la droguería Alfarma S.R.L.. Las tres empresas comparten algo más que la cadena de producción y distribución del fentanilo contaminado: vínculos políticos con el kirchnerismo.

Aunque por ahora se mantiene en reserva la identidad de los futuros imputados, Infobae accedió a información exclusiva que revela que están bajo la lupa los directores técnicos, accionistas, CEOs y principales socios de las firmas involucradas. También se investiga si hubo maniobras para encubrir irregularidades en los controles de calidad y posibles "desvíos" en la cadena de producción.

Uno de los nombres que más resuena es el de Ariel García Furfaro, cara visible de HLB Pharma. Furfaro no es un desconocido en el universo político: fue socio del sindicalista Víctor Santa María en el canal IP y viajó a Rusia junto a la comitiva de Alberto Fernández para participar de las negociaciones por la distribución de la vacuna Sputnik V. Aunque intenta despegarse de su pasado político, los documentos lo desmienten.

Durante la pandemia, Furfaro tejió lazos con el Ministerio de Salud y hasta mantuvo reuniones en el Instituto Patria, donde se habría reunido con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, actualmente bajo prisión domiciliaria. Su nombre también figura en pedidos de informes elevados al Congreso por su participación en las fallidas gestiones para traer 50 millones de dosis de vacunas rusas.

El caso, que ya sacudió al sistema de salud, podría derivar en una causa judicial de alto voltaje político, en la que no solo se investigan fallas en los controles sanitarios, sino también posibles encubrimientos y connivencia entre privados y funcionarios.

El juez Kreplak, por estas horas, evalúa las responsabilidades y define los primeros cargos. La tragedia del fentanilo, lejos de cerrarse, parece estar apenas comenzando. /Infobae