Frontera Argentina-Bolivia: refuerzan la seguridad con mas de 2.100 efectivos
La ampliación del Plan Güemes a Aguas Blancas, Salvador Mazza, Orán y Tartagal, junto con la colaboración de fuerzas federales y militares de la Operación Roca, promete fortalecer la seguridad.
Con la resolución 830/2025, publicada el pasado miércoles, el Ministerio de Seguridad de la Nación ha dado un paso significativo en la lucha contra el crimen organizado al ampliar el Plan Güemes, el cual fue lanzado a finales de 2024 en Aguas Blancas. Esta expansión abarca ahora otros tres municipios en la estratégica y desafiante frontera de Salta con Bolivia: San Ramón de la Nueva Orán, Salvador Mazza y Tartagal.
La implementación de este plan se desarrollará a través de la colaboración activa entre las fuerzas federales, el Ejército y la Policía de Salta. Este enfoque integrador es esencial para abordar de manera efectiva los puntos fronterizos que han sido identificados como "sectores críticos de empeñamiento" en la lucha contra el narcotráfico y el contrabando.
La resolución 830 no es solo un documento administrativo, sino que respalda un plan integral con objetivos claros, estrategias definidas y roles bien establecidos para los organismos tanto nacionales como provinciales. Este esfuerzo busca frenar el crecimiento del narcotráfico, el contrabando masivo y otras formas de crimen organizado que se han afianzado en las últimas décadas a ambos lados de la extensa frontera con Bolivia.
Un aspecto crucial que el Plan Güemes intenta abordar es la desarticulación del Sistema Integrado de Vigilancia (SIV), que anteriormente había sido concebido para proteger la frontera. La falta de mantenimiento y la pérdida de componentes esenciales del SIV han dejado a vastas zonas de esta región vulnerable a las actividades delictivas. Las bandas criminales han aprovechado esta inoperatividad para establecer corredores de ingreso y egreso de drogas, vehículos robados y otros productos ilegales, así como para llevar a cabo el saqueo de infraestructura ferroviaria mediante inmuebles fronterizos y pasos no habilitados.
Sistema Desarticulado
La situación actual del SIV subraya la necesidad urgente de un nuevo enfoque. Con el Plan Güemes, se busca revitalizar la estrategia de control territorial que había quedado debilitada tras el repliegue de fuerzas federales, el cual había dejado al operativo Escudo Norte en una posición vulnerable. La cartera dirigida por Patricia Bullrich propone una estrategia de saturación territorial y coordinación interjurisdiccional para frenar la expansión del delito transfronterizo. Este plan incluye el despliegue de fuerzas federales y operativos integrados con tropas militares en los departamentos San Martín y Rivadavia, además de reforzar los controles en rutas y aumentar la vigilancia en pasos legales e ilegales, utilizando asistencia tecnológica en puntos clave.
En este contexto, la frontera de Aguas Blancas ha sido reforzada con 310 efectivos adicionales de Gendarmería Nacional, Policía Federal y Prefectura Naval. Asimismo, el Ministerio de Defensa, bajo la dirección de Luis Petri, ha dispuesto la movilización de 1.900 efectivos del Ejército hacia Tartagal y Salvador Mazza, a través de la denominada Operación Roca.
La elección de Salvador Mazza como nueva área de intervención no es casual. En esta ciudad fronteriza, el crimen organizado ha logrado entrelazarse con la economía local de manera preocupante. El narcotráfico y el contrabando no solo operan en las sombras, sino que también inyectan capital en sectores visibles como comercios, inmuebles, transporte y proyectos de obras privadas. Los clanes familiares armados han emergido como actores económicos, aprovechando el desempleo, la informalidad y una infraestructura fronteriza obsoleta que no es capaz de manejar el tránsito legal.
En Orán, el epicentro original del Plan, los resultados han sido modestos hasta el momento. Aguas Blancas continúa siendo una puerta giratoria para el cruce de mercadería ilegal y drogas, en gran parte debido a la anarquía que impone el río Bermejo. Los bagayeros, organizados en cooperativas como "El Fronterizo", siguen activos con métodos cada vez más sofisticados, algunos de los cuales están directamente vinculados al tráfico de estupefacientes. El fenómeno del narco-bagayeo se ha convertido en una de las manifestaciones más visibles de un delito híbrido que mezcla el contrabando tradicional con el transporte de drogas.
Tartagal: Foco Creciente
Tartagal ha sido incluida en la ampliación del Plan Güemes debido a su función crucial en la logística delictiva del norte. Conectada por la ruta nacional 34, que es una de las arterias más utilizadas para el tráfico de drogas, esta ciudad se ha convertido en un punto de "acopio, redistribución y ocultamiento". Desde allí, cargamentos de estupefacientes se dirigen hacia grandes centros urbanos del país y puertos de exportación. La permeabilidad de los caminos rurales y las picadas clandestinas multiplican las rutas de ingreso, mientras que el avance del microtráfico, el robo de camionetas y la creciente violencia urbana vinculada al narcomenudeo complican aún más la situación.
Una Economía Paralela
El contrabando en el norte salteño no es un fenómeno nuevo, pero ha evolucionado con el tiempo. En Aguas Blancas, esta actividad se ha normalizado en la vida cotidiana. Se cruzan una amplia variedad de artículos, desde alimentos, ropa y electrodomésticos, hasta cigarrillos, combustibles y estupefacientes. En el límite con Orán, la mercancía circula en gomones, lanchas o vehículos adaptados con doble fondo. Se han llegado a detectar incluso puentes flotantes construidos con gomones para el cruce nocturno, lo que demuestra la creatividad y adaptabilidad de las organizaciones delictivas.
Qué es el Plan Güemes y Cómo se Implementará
La norma establece que la Secretaría de Seguridad Nacional será la encargada de la coordinación general del plan, o podrá designar a un responsable directo. Además, se crea el Comando Unificado "Plan Güemes", que tendrá presencia física y operativa en la zona fronteriza entre Salta y Bolivia. Este comando estará integrado por personal de:
- Policía Federal Argentina (PFA)
- Gendarmería Nacional Argentina (GNA)
- Prefectura Naval Argentina (PNA)
- Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA)
- Servicio Penitenciario Federal (SPF)
- Policía de la Provincia de Salta.
La conducción operativa del plan estará a cargo de un Coordinador General, designado por el titular de la Gendarmería Nacional, quien será responsable de organizar los despliegues, patrullajes, controles y operativos especiales. Este enfoque colaborativo y estructurado promete ser un cambio positivo en la lucha contra el crimen organizado en la región, buscando así mejorar la seguridad y el bienestar de las comunidades fronterizas.