Recientemente, el Center for World University Rankings (CWUR), una entidad reconocida a nivel global desde 2017 por su labor en la evaluación de instituciones educativas, ha publicado un nuevo ranking que ha captado la atención del ámbito académico en Argentina. En este informe, se destaca que un total de siete universidades estatales argentinas han logrado posicionarse entre las 2000 mejores del mundo, lo que representa un importante reconocimiento a la educación superior del país. 

El sistema de clasificación del CWUR se fundamenta en cuatro criterios principales: educación, empleabilidad, profesorado e investigación. Además, este ranking se distingue por su enfoque inclusivo, ya que evalúa tanto a las universidades que se encuentran en otras listas internacionales como a aquellas que no tienen representación en estos rankings. Esta metodología tiene como objetivo ofrecer una visión más completa y precisa del desempeño de las instituciones educativas a nivel global. Sin embargo, es importante señalar que las universidades argentinas han experimentado una notable pérdida de posiciones en el ranking en los últimos años. 

Los autores del estudio atribuyen esta tendencia a varios factores, siendo uno de los más relevantes la reducción de los fondos estatales destinados a la educación superior. Esta situación ha afectado la operatividad de las instituciones y ha generado inquietudes sobre su capacidad para mantener estándares altos en educación e investigación. Además, los especialistas también mencionan el déficit en la investigación científica en el país como otra causa significativa de este descenso en los rankings. La inversión en investigación es fundamental para el desarrollo académico y profesional de las universidades, y su ausencia puede limitar las oportunidades de avance y reconocimiento internacional. 

En este contexto, la Universidad de Buenos Aires (UBA) se mantiene como la institución mejor posicionada de Argentina, ocupando el puesto 409 en el ranking global. Sin embargo, es relevante mencionar que ha experimentado una caída de 19 lugares en comparación con el año anterior. Este retroceso refleja las dificultades que enfrenta la educación superior en el país y plantea interrogantes sobre el futuro de las instituciones educativas en un entorno cada vez más competitivo.