Llega el calor y, con él, la proliferación de alacranes: cómo proteger el hogar de esta amenaza
La presencia de alacranes venenosos en zonas urbanas de Argentina va en aumento, lo que genera preocupación en los hogares y en los centros de salud.
En los últimos años, la aparición de alacranes en zonas urbanas de la Argentina ha dejado de ser un hecho aislado para convertirse en una amenaza creciente. Especies como Tityus carrilloi, considerada la más peligrosa del país, están logrando adaptarse a ambientes domésticos, multiplicando los riesgos para la salud, especialmente en niños y adultos mayores.

Una especie que se multiplica con facilidad
Investigadores del CONICET han confirmado que algunas especies de alacranes, como T. carrilloi, T. confluens y T. serrulatus, pueden reproducirse sin necesidad de machos. Este fenómeno, conocido como partenogénesis facultativa, permite que una sola hembra colonice nuevos espacios.
Esta capacidad reproductiva, sumada a su adaptabilidad al entorno urbano, facilita su expansión en distintas provincias del país.
El veneno y sus efectos en la salud
El veneno de estos alacranes contiene potentes toxinas neurotóxicas. En los casos más graves, puede provocar complicaciones como edema pulmonar, convulsiones, alteraciones cardíacas y, si no se trata a tiempo, incluso la muerte. Aunque la mayoría de las picaduras suele provocar síntomas leves o moderados, los niños pequeños y las personas mayores constituyen los grupos de mayor vulnerabilidad.

Cómo prevenir su ingreso al hogar
Las autoridades sanitarias insisten en la importancia de la prevención. Las viviendas, al ofrecer rincones oscuros, húmedos y con poca circulación de aire, representan un hábitat ideal para estos arácnidos. Por eso, es fundamental evitar que ingresen a través de rejillas, cañerías, puertas y ventanas, y mantener el hogar limpio y ordenado para eliminar posibles escondites.
Además, se recomienda estar atentos a la presencia de alacranes en prendas, calzados o ropa de cama, especialmente durante la noche.
Qué hacer ante una picadura
En caso de una picadura, los especialistas recomiendan lavar la zona con agua y jabón, aplicar hielo para calmar el dolor y acudir de inmediato a un centro de salud. Llevar el alacrán en un frasco o, al menos, una fotografía puede ayudar al personal médico a identificar la especie y decidir el tratamiento. No se aconseja aplicar remedios caseros ni esperar a que los síntomas evolucionen.

Síntomas que no deben pasarse por alto
Las señales de alarma pueden variar. En niños, los primeros síntomas incluyen llanto constante, irritabilidad y temblores. En adultos, suelen presentarse dolor intenso en la zona afectada, enrojecimiento, hormigueo y, en casos severos, taquicardia, dificultad para respirar, vómitos o diarrea.
Con la llegada de temperaturas más cálidas, el riesgo de encuentros con alacranes aumenta. Por eso, las medidas de prevención en el hogar y la concientización sobre cómo actuar ante una picadura se vuelven esenciales. Proteger a la familia requiere atención, información y un compromiso activo frente a una amenaza silenciosa, pero evitable.