Monteros: investigan a Exprebus por modificar su trazado sin permiso
Usuarios quedaron varados en paradas intermedias como El Pacará y La Horqueta, mientras la empresa, ante la posibilidad de multas por incumplir la concesión oficial, enfrenta un panorama de incertidumbre institucional y reclamos comunitarios
La mañana del lunes en Monteros comenzó con un cambio inesperado en la rutina cotidiana de cientos de pasajeros. A las 5:05, la primera unidad del servicio común de Exprebus salió únicamente desde la terminal Vicente y Carmelo Tripolloni, sin detenerse en varias paradas históricas del sur de la ciudad: ruta 325 y San Martín, El Pacará y La Horqueta.
La modificación se implementó de manera unilateral y generó inmediato malestar entre los usuarios que utilizan ese ramal para trasladarse hacia San Miguel de Tucumán. Según el sitio local Monterizos, la decisión fue adoptada a pedido de los choferes de la empresa. Los conductores sostienen que la colocación de nuevos semáforos en el corredor entre Lules y San Miguel de Tucumán prolongó los tiempos de viaje y les impide cumplir con los horarios previstos.
“No nos alcanza el tiempo y se generan demoras inevitables”, explicó uno de ellos, en referencia a las dificultades operativas que afrontan desde la instalación de la nueva señalización. La medida, sin embargo, no contó con la aprobación de la Dirección General de Transporte, organismo provincial encargado de regular y licitar los recorridos interurbanos. Esa omisión expone a Exprebus a eventuales sanciones y multas por incumplir las condiciones de su concesión, según advierten fuentes oficiales.
En paralelo, el malestar de los pasajeros crece: este servicio es el único que conecta el sur de la provincia por la ruta provincial 301 y recorre localidades como Famaillá, Elías Pérez, Padilla, San Rafael, La Reducción, Lules, San Pablo y Manantial hasta San Miguel de Tucumán. Para cientos de usuarios que dependen del transporte para llegar a sus trabajos o a sus centros de estudio, la modificación dejó a muchos varados en las primeras horas de la jornada laboral.
La medida plantea, además, un conflicto entre razones operativas alegadas por los choferes y el marco regulatorio que debería garantizar previsibilidad y continuidad del servicio. La resolución del conflicto quedará supeditada a la intervención de la Dirección General de Transporte y a la negociación entre la empresa, sus conductores y la autoridad de control provincial. Mientras tanto, los usuarios esperan una respuesta que restituya —o reorganice— el servicio con la menor afectación posible a sus desplazamientos cotidianos.