Murió Mario Mactas, una de las voces más singulares del periodismo y la literatura argentina
El escritor y periodista falleció a los 80 años tras ser internado por una neumonía. De estilo agudo, libre e irónico, dejó una obra inclasificable que marcó a generaciones.
Mario Mactas, una de las plumas más originales del periodismo argentino, murió este sábado a los 80 años. Estaba internado en la Fundación Favaloro a causa de una neumonía. Su muerte deja un vacío profundo en el mundo cultural, mediático y literario del país.
Nacido el 13 de agosto de 1944 en Buenos Aires, Mactas construyó una trayectoria ecléctica, siempre fiel a una mirada libre, poética y crítica. Fue periodista, escritor, guionista, conductor y columnista. Cultivó un estilo inconfundible: irónico, agudo, elegante, muchas veces incómodo, siempre lúcido.
Durante más de dos décadas fue una figura central en Radio Continental, donde condujo ciclos memorables en distintas franjas horarias. En televisión, dejó su marca con su columna “El Toque Mactas” en TN, y más tarde en blogs y formatos digitales. También fue parte del programa A ciencia cierta, junto al doctor Daniel Stamboulian, en la señal Metro.
Como escritor, publicó títulos inolvidables como Monólogos rabiosos, El enano argentino, El gato y el zorro, El amante de la psicoanalista, Las perversiones de Francisco Umbral y Así como tiemblan las piernas de mi amada. Entre la ficción, el ensayo y la crónica, su obra siempre desafió etiquetas.
Vivió en Colombia, Francia y España. En este último país trabajó para publicaciones de alto impacto como Interviú, Paris Match, Destino y Penthouse. Fue editor de Gaceta Ilustrada, crítico literario, entrevistador, jurado de premios culturales y hasta compañero radial de Pilar Eyre. Allí también publicó parte de su obra más íntima, como su poemario Demasiados caballos.
En 2007 recibió el Premio Konex como una de las figuras destacadas de la década en el periodismo gráfico. Años antes, ya había sido reconocido como Personalidad Destacada de la Cultura por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
Mactas no solo aportó estilo y profundidad al periodismo argentino; ayudó a transformarlo. Fue uno de los primeros en romper los moldes de la AM en los años 70, y su legado como cronista sensible, pensador incómodo y creador de imágenes perdurará en quienes lo leyeron y lo escucharon.
Con su muerte se apaga una voz única. Pero su obra —provocadora, tierna, brillante— sigue viva, como una forma de pensar y sentir el país con belleza, coraje e inteligencia.