El caso de Osvaldo Fonio es un gran ejemplo de superación. Cuando tenía 11 años su papá discutió con un vecino, quien lo mató de un tiro. Tras la muerte de su padre, la historia cambió totalmente. Su mamá se enfermó de cáncer y eso dejó a Ova a cargo de sus dos hermanos siendo tan sólo un niño.

Cuando él tenía 24 años, le detectaron linfoma de Hodgkin. Había perdido a su mamá de cáncer y en ese momento se enteraba que el también estaba enfermo. Con un tratamiento que parecía dejarlo sin vida, doce meses después le dieron el alta.

"Mi vida se basa en tres pilares: correr, vivir y amar", dice Osvaldo, quien hoy es papá, profesor de educación física y sostiene que correr "es su cable a tierra".

Su nueva forma de vida lo llevó a perdonar al asesino de su padre.