En el Congreso de la Nación tomó estado parlamentario un proyecto que busca enfrentar la problemática del suicidio vinculado a episodios de acoso escolar y ciberacoso. Impulsada por la senadora Beatriz Ávila (PJS), la iniciativa propone una serie de medidas dirigidas a fortalecer la detección temprana y la intervención tanto por parte del Estado como de las familias afectadas.

La senadora destacó la gravedad social de los casos que trascienden públicamente y subrayó la necesidad de reforzar los dispositivos de prevención. Señaló que resulta imprescindible garantizar que niños, niñas y adolescentes accedan a la asistencia adecuada en el momento en que se requiera, con el propósito de evitar desenlaces trágicos.

Proyecto en el Congreso busca prevenir suicidios por acoso escolar

El proyecto prevé, en primer lugar, la incorporación de una norma que obligue la cobertura de psicoterapia breve para menores que atraviesen situaciones de acoso escolar o ciberacoso. Esta prestación estaría orientada a ofrecer una atención inmediata y focalizada que contribuya a mitigar el riesgo psicosocial y a restablecer el bienestar emocional de las víctimas.

En segundo término, la iniciativa propone la creación de un registro y un observatorio de niños, niñas y adolescentes víctimas de bullying y ciberbullying. La finalidad de este organismo sería garantizar un relevamiento continuo de casos, disponer de información fiable para la elaboración de políticas públicas y orientar la implementación de un programa nacional de prevención del suicidio con base en evidencia.

Finalmente, la senadora incorpora la realización de campañas estatales de promoción y sensibilización, destinadas a difundir señales de alerta, procedimientos de denuncia y recursos de apoyo para familias, escuelas y profesionales. El énfasis está puesto en articular acciones entre distintos actores —sistema de salud, educación y ámbito judicial— para ofrecer respuestas coordinadas y oportunas.

Ávila enfatizó que las estadísticas disponibles muestran que los casos divulgados no son incidentes aislados, sino indicios de un problema estructural que requiere abordaje profesional y multisectorial. "No podemos seguir mirando para otro lado", concluyó, convocando a un compromiso institucional para prevenir el sufrimiento de niños, niñas y adolescentes y reducir el riesgo de suicidio asociado al acoso.