En la Argentina, se detectó un brote poco habitual de una infección transmitida por alimentos: la listeriosis.

Por primera vez, un estudio genómico permitió establecer una alta relación genética entre los casos de personas con listeriosis y una muestra de queso criollo industrial de producción de baja escala. Aún no se dio a conocer la marca.

Según informó el Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación, ese análisis, realizado por el Laboratorio Nacional de Referencia (LNR), que forma parte del Instituto ANLIS/Malbrán, identificó a la planta productora del queso como la fuente del brote.

“La alta relación genómica entre los aislamientos en los casos humanos y el aislamiento obtenido del queso criollo confirma la identificación de este alimento como contaminado con el mismo patógeno que el que produjo los casos”, aclararon los expertos que elaboraron el reporte oficial.

Aclaración

Se trató de quesos de elaboración artesanal a baja escala.

Ante la identificación de los casos, se hizo una búsqueda exhaustiva en diferentes negocios, a partir de la cual se detectó un producto contaminado con Listeria.

Tal producto fue decomisado en los lugares de expendio y elaboración; se tomaron medidas de control correspondientes.

Se realizaron controles adicionales y toma de muestras en otros negocios que venden queso, sin hallazgos positivos.

Se extremaron las medidas preventivas, se realizó búsqueda activa de otras personas sintomáticas, con resultados negativos.

La singularidad del caso es que es la primera vez que se logra establecer relación genómica de la bacteria entre el alimento y las personas afectadas, gracias a la capacidad técnica y logística de Epidemiología, Bromatología, Laboratorio de Salud Pública del Ministerio de Salud de la Provincia y el Laboratorio de Referencia Nacional Dr. Carlos Malbrán.

¿Qué es la listeriosis y cuáles son sus síntomas?

La listeriosis es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Listeria monocytogenes.

Esta bacteria puede hallarse tanto en el agua como en el suelo y tiene una peculiaridad: logra permanecer viva en la heladera y únicamente se elimina mediante la cocción de los alimentos.

El contacto principal ocurre cuando una persona consume alimentos contaminados. Los más habituales son fiambres, quesos blandos, vegetales crudos y productos lácteos sin pasteurizar. El riesgo se incrementa si estos productos no reciben cocción antes de llegar a la mesa.

Los síntomas pueden variar. El cuadro leve consiste en fiebre, dolor de cabeza, malestar estomacal, náuseas, vómitos y diarrea. A veces surgen escalofríos y fatiga.

Cuando la infección avanza, puede afectar órganos vitales o el sistema nervioso central. En personas con mayor riesgo, como las embarazadas, los recién nacidos o individuos con baja inmunidad, la listeriosis puede causar meningitis, septicemia y abortos espontáneos.

El período de incubación es muy variable: los síntomas pueden empezar después de 12 horas, pero en ocasiones se demoran hasta dos meses en aparecer. Esto dificulta rastrear la fuente precisa del contagio.

“Esta enfermedad presenta una alta tasa de mortalidad, lo que la convierte en un importante problema de salud pública”, advirtieron los especialistas en epidemiología.