Seguridad vial en la Circunvalación: cuáles son los sectores más riesgosos
En un sector crítico convergen pasos clandestinos, peatones que cruzan de manera temeraria, robos y actos de vandalismo, generando una situación de riesgo recurrente para la comunidad.
El acceso sur a San Miguel de Tucumán, a través de la autopista de la Circunvalación, se ha convertido en una trama de riesgos que afectan por igual a conductores y peatones. Lo que en su origen funcionó como un corredor eficiente para el tránsito interurbano hoy muestra grietas de infraestructura y seguridad que transforman el paso cotidiano en una sucesión de episodios de peligro e improvisación.
En los últimos meses, los reclamos de quienes circulan por la zona se han intensificado. Transportistas han denunciado la presencia de individuos que se cuelgan de los semirremolques para sustraer la carga; una modalidad delictiva que no solo provoca pérdidas materiales, sino que pone en serio riesgo la integridad de las personas que viajan en los vehículos. A partir de estas situaciones, la circulación nocturna ha adquirido un carácter de mayor incertidumbre: postes de alumbrado público han sido cortados y sustraídos, y se registran hurtos de tramos de guardarraíl, lo que agrava la precariedad de una vía que demanda condiciones mínimas de seguridad.
El diseño y el mantenimiento de la autopista también presentan fallas que facilitan conductas temerarias. Existen pasos clandestinos que permiten maniobras peligrosas, como giros en U en sectores pensados para velocidades superiores, y la ausencia de un puente peatonal obliga a quienes deben cruzar a hacerlo a pie sobre la calzada, exponiéndose a un riesgo constante. Estas deficiencias combinadas crean un escenario en el que cualquier incidencia de tránsito puede desencadenar consecuencias graves.
Ante la creciente preocupación, las fuerzas policiales instalaron garitas de seguridad en distintos tramos de la Circunvalación. Pese a estas medidas, el problema persiste, aun cuando las estadísticas generales de criminalidad muestran una tendencia a la baja. La imposibilidad de garantizar la integridad de la infraestructura —como el alumbrado público— representa un desafío adicional para cualquier proyecto de mejora: se ha proyectado la instalación de nueva iluminación, pero su eficacia dependerá de la capacidad para protegerla frente al vandalismo y al robo.
La importancia de este sector de la autopista excede lo local: constituye la conexión directa entre Tucumán y Santiago del Estero y atraviesa ámbitos tan diversos como el límite de la comuna de San Andrés, el municipio de Banda del Río Salí, el complejo frutícola Mercofrut y los barrios Las Piedritas y San Cayetano. Ese flujo constante de vehículos de carga, transporte interurbano y tránsito metropolitano subraya la necesidad de soluciones integrales.
Frente a este panorama, las respuestas posibles requieren una combinación de intervenciones: reforzar el patrullaje y los dispositivos de vigilancia, asegurar y mantener la infraestructura crítica —luminosidad y barreras—, regular y clausurar los pasos no autorizados y proyectar alternativas seguras para el cruce peatonal. Solo una política pública coordinada entre los municipios, la provincia y los sectores productivos que usan la vía podrá transformar el acceso sur de la Circunvalación en un corredor seguro y funcional para todos.