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En un giro inesperado del clima, la provincia de Buenos Aires ha sido testigo de un fenómeno que remite a las lluvias intensas típicas del verano, pero que se ha manifestado en pleno otoño. Este evento meteorológico, que ha sorprendido a muchos, ha dejado a su paso un panorama desolador en diversas localidades, donde las precipitaciones superaron los 100 milímetros en cuestión de horas. 

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Las imágenes que emergen de las comunidades afectadas revelan calles convertidas en ríos, con el agua desbordando hasta las veredas. La situación se ha tornado crítica, no solo para los automovilistas que intentan transitar por las arterias anegadas, sino también para los residentes que se enfrentan al ingreso de agua en sus hogares y comercios. Las pérdidas materiales, aunque aún están siendo evaluadas, podrían ser significativas, tanto en el ámbito rural como en el urbano. 

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A medida que las lluvias continúan, se generan preocupaciones sobre el estado de los ríos y arroyos, que, con el aumento del caudal, podrían representar un riesgo adicional para las zonas circundantes. Los meteorólogos han señalado que fenómenos de este tipo, aunque poco comunes en esta época del año, pueden ser cada vez más frecuentes debido a las variaciones climáticas globales. 

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