YPF en la mira: fondos demandantes buscan soluciones con el gobierno
En un contexto jurídico complejo, la jueza Preska otorgó un plazo de 14 días a Argentina para la transferencia de los títulos de la petrolera, mientras que Milei anunció su intención de apelar. Sin embargo, los denunciantes han expresado su disposición a considerar un acuerdo que incluya una quita del monto establecido o el pago mediante bonos.
La reciente decisión de la jueza Loretta Preska, del segundo distrito de Nueva York, ha generado un debate significativo sobre el futuro de la empresa YPF y las implicancias de la expropiación realizada por el Estado argentino en 2012. El fallo de Preska, que obliga al Gobierno argentino a transferir el 51% de las acciones de la petrolera a los demandantes, ha suscitado una serie de reacciones y planteamientos sobre cómo debería actuar el Ejecutivo en esta situación.
El 15 de septiembre de 2023, la jueza condenó a Argentina a abonar una suma de 16,000 millones de dólares por la expropiación, una cifra que se incrementa a 17,750 millones al incluir los intereses acumulados. Con un plazo de 14 días para cumplir con la orden de transferencia de acciones a The Bank of New York Mellon, la urgencia de la situación se hace evidente. En este contexto, los fondos Burford Capital y Eton Capital, beneficiarios del fallo, han expresado su disposición para negociar un acuerdo que cierre un litigio que se ha prolongado por una década.
A pesar de las declaraciones del nuevo presidente, Javier Milei, quien ha manifestado su intención de apelar la decisión, la realidad económica del país sugiere que la búsqueda de una solución consensuada podría ser el enfoque más estratégico. La acumulación de intereses, que asciende a casi 3 millones de dólares diarios, plantea una presión adicional sobre las finanzas públicas, lo que invita a considerar alternativas que eviten un desenlace adverso. El aspecto negociable del acuerdo podría incluir una quita sobre la deuda o la consideración de pagos a través de bonos, lo que podría aliviar la carga financiera inmediata sobre el Estado.
Sin embargo, los analistas de Adcap advierten que existen tres posibles caminos que el Gobierno podría seguir: cumplir con el fallo y ceder el control efectivo de YPF, apelar la decisión y buscar una suspensión, o bien iniciar negociaciones directas con los acreedores. La falta de un diálogo significativo podría resultar en consecuencias negativas para la credibilidad del Gobierno, que ya enfrenta desafíos en un entorno económico delicado. La prolongación del litigio sin una solución negociada podría exacerbar la incertidumbre y generar temores sobre una posible venta apresurada de la empresa, lo que afectaría su valor de mercado y, en consecuencia, la economía nacional.
En este momento crítico, donde Argentina se encuentra en negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y busca atraer inversiones para mejorar sus condiciones macroeconómicas, la necesidad de abordar este conflicto de manera constructiva se vuelve cada vez más apremiante. La resolución de este litigio no solo impacta en el futuro de YPF, sino que tiene repercusiones en la estabilidad económica del país.