Atlético Tucumán dejó pasar una gran oportunidad para afianzarse en zona de clasificación y cayó 2-1 ante San Lorenzo en el estadio Monumental José Fierro. Pese a haber comenzado con el pie derecho gracias al gol de Marcelo Ortiz, el equipo de Lucas Pusineri volvió a mostrar dificultades para mantener el resultado y terminó perdiendo un partido clave frente a su gente.

¡Gol de Marcelo Ortíz contra San Lorenzo! - ESPN Video

El inicio había sido prometedor para el Decano. A los ocho minutos, una jugada insólita le dio el 1-0: tras un centro cruzado, la pelota rebotó en un defensor visitante y quedó servida para Ortiz, que fusiló al arquero Gil. El tanto desató la euforia en las tribunas y parecía encaminar a Atlético a un triunfo necesario para acomodarse en la tabla.

Sin embargo, el equipo fue perdiendo el control del juego. Con el correr de los minutos, la visita empezó a ganar terreno y aprovechó una jugada polémica en el cierre del primer tiempo: Mansilla salió a despejar un centro, no tocó la pelota y golpeó a Cuello. Tras revisar la acción en el VAR, el árbitro Bruno Amiconi sancionó penal y el propio delantero convirtió el 1-1.

¡Cuello puso el 1-1 para San Lorenzo! - ESPN Video

Apenas iniciado el complemento, Atlético volvió a sufrir una desconcentración que le costó caro: un centro al primer palo encontró la cabeza de Nicolás Tripicchio, que marcó el 2-1 para San Lorenzo. Desde entonces, el local fue a buscar el empate con más empuje que claridad, pero no logró quebrar el orden defensivo del rival.

Tensión en el Monumental: el enojo de los hinchas y el estallido de Leandro Díaz

El resultado final dejó a los tucumanos con un sabor amargo. La derrota, sumada al malestar interno por los conflictos contractuales, desató un fuerte cruce entre el plantel y la hinchada. Cuando ambos equipos se retiraban al entretiempo, —al igual que al inicio del partido—, el público hizo sentir su descontento con los jugadores por la decisión de no concentrar antes del encuentro —una medida de protesta por la falta de pago de premios—, entonando el clásico cántico: “¡Jugadores, la con… de su madre!”

En medio de ese clima hostil, Leandro Díaz, capitán y referente del Decano, protagonizó una de las imágenes más tensas de la noche. Visiblemente enojado, respondió a los insultos desde la platea, señaló al sector de palcos como responsable de la situación y debió ser contenido por sus propios compañeros antes de ingresar al vestuario. Su reacción reflejó el delicado momento que atraviesa Atlético Tucumán, tanto en lo futbolístico como en lo institucional.

El parate por las elecciones de medio término aparece ahora como una oportunidad para calmar las aguas. Atlético deberá reordenarse futbolística e institucionalmente antes del tramo final del torneo, donde enfrentará a Independiente en Avellaneda, Godoy Cruz en Tucumán y Lanús en la Fortaleza, en busca de recuperar terreno y paz interna.