El Atlético de Madrid volvió a dejar una sensación de frustración tras igualar 1-1 frente al Mallorca, en el marco de la quinta fecha de La Liga. El rendimiento del conjunto colchonero quedó lejos de lo esperado, especialmente por el penal desperdiciado en el primer tiempo, cuando Julián Álvarez falló desde los doce pasos ante el arquero Leo Román.

El desarrollo del partido se complicó aún más con la expulsión de Alexander Sorloth, que dejó al equipo de Diego Simeone con diez jugadores. La sustitución que motivó la entrada de Sorloth —decisión tomada por el entrenador para relevar a Álvarez— generó malestar en el propio delantero cordobés, quien evidenció su descontento al sentarse en el banco y pronunciar, visiblemente molesto, la frase “Siempre a mí...”.

Ante la consulta sobre la sustitución de Álvarez, el director técnico trató de minimizar la controversia: “Julián es nuestro mejor jugador ofensivo. Lo necesitamos en un gran nivel. Estaba haciendo un gran partido. Pensé que necesitábamos a Sorloth, pero terminó expulsado en una jugada confusa”.

El empate obliga al Atlético a revisar decisiones tácticas y de gestión del plantel, ya que la acumulación de resultados discretos y episodios puntuales como el penal fallado y la expulsión complican su rendimiento colectivo y la búsqueda de regularidad en el campeonato.