No había mejor manera de culminar una seguidilla anotadora que al más puro estilo Messi. El 10 se mantuvo firme y mostró un gran despliegue en el exigente calendario del Inter Miami tras el Mundial de Clubes. El sábado jugó por quinta vez en tan solo 14 días, y aunque esta fue su última presentación antes de disfrutar de una semana de descanso, resultó un alivio para el equipo de Mascherano, que se había acostumbrado a un ritmo intenso. Messi, en excelente estado físico, brilló en el partido contra el New York RB, mostrando un nivel que recuerda a sus mejores épocas en Barcelona. Una asistencia sublime a Jordi Alba fue solo el comienzo; también se lució con un pase filtrado al español que derivó en el 2-1 de Segovia y, ya en el segundo tiempo, sumó dos goles a la cuenta, alcanzando los 18 en la actual MLS y liderando a su equipo, que continúa ascendiendo en la Conferencia Este.

Lo más destacable es que Messi se mantuvo en excelente forma a pesar de la carga de partidos. En Cincinnati no tuvo su mejor actuación, y al igual que sus compañeros, se notó fatigado física y mentalmente en un 0-3 contundente, aunque completó los 90 minutos de juego.

El sábado por la noche, sin embargo, fue todo lo contrario. Inter Miami mostró una notable reacción, y gran parte de esto se debió a Messi. A pesar de comenzar perdiendo a los 14 minutos con un arranque flojo, ya había dado señales de peligro a los 9’ al no rematar tras un error defensivo y optar por eludir a un rival. Sin embargo, a los 24’, se adentró en el centro del campo y solo él pudo anticipar la carrera de Jordi Alba desde la izquierda. La química entre ambos es indiscutible; el español ha sido su gran asistidor y, en este caso, fue al revés, sirviendo para un golazo que inició la remontada de Inter Miami, que aún tiene tres partidos pendientes y si los gana, se convertirá en el virtual líder de la Conferencia Este.

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Con el empate que revitalizó al equipo de Mascherano, llegaron los goles. En el segundo tiempo, se produjo otra obra de arte al estilo del Barcelona. Un pase extraordinario de Busquets permitió que Messi se escapara solo hacia el arco, dejando al desafortunado Coronel en el suelo para anotar su gol. Poco después, recibió un centro desde la izquierda, lo bajó de pecho dentro del área y definió con calma. Otro golazo más.

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