El mundo del tenis se ha visto sacudido por la reciente sanción impuesta al número uno del ranking mundial, Jannik Sinner. El tenista italiano ha aceptado una suspensión de tres meses tras dar positivo por clostebol, una sustancia prohibida, en marzo de 2024. Este acuerdo con la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) ha generado controversia debido a la duración de la sanción y al calendario de torneos que abarca.

La suspensión de Sinner comenzó el 9 de febrero de 2025 y se extenderá hasta el 4 de mayo del mismo año. Durante este período, el italiano se perderá importantes torneos de la categoría Masters 1000, incluyendo Indian Wells, Miami, Montecarlo, Madrid y Roma. Sin embargo, estará habilitado para regresar a tiempo para competir en Roland Garros, uno de los cuatro torneos de Grand Slam. Esta programación ha suscitado críticas, ya que algunos consideran que la sanción ha sido estratégicamente favorable para el jugador, permitiéndole ausentarse en eventos significativos pero regresar para uno de los más prestigiosos.

El caso se remonta a marzo de 2024, durante el torneo de Indian Wells, donde Sinner dio positivo por clostebol en dos controles antidopaje consecutivos. Según la investigación, la sustancia ingresó en su organismo de manera accidental. El fisioterapeuta de Sinner, Giacomo Naldi, utilizó un spray que contenía clostebol para tratar una herida en su propio dedo y, posteriormente, sin guantes, realizó masajes al tenista, lo que provocó la contaminación. Inicialmente, la Agencia Internacional de Integridad en el Tenis (ITIA) determinó que no hubo culpa o negligencia por parte de Sinner, permitiéndole continuar compitiendo sin sanción. No obstante, la AMA apeló esta decisión ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), buscando una suspensión de entre uno y dos años. Finalmente, ambas partes llegaron al acuerdo de una sanción de tres meses.

A pesar de la controversia, Sinner ha mantenido un desempeño destacado en el circuito. En 2024, conquistó títulos importantes, incluyendo el Abierto de Estados Unidos y el Masters de Cincinnati. Su ascenso al número uno del mundo ha sido meteórico, y muchos analistas destacan su talento y determinación en la cancha. Sin embargo, este episodio de dopaje podría afectar su reputación y relación con otros jugadores y aficionados. La percepción pública y la confianza en su integridad deportiva podrían verse comprometidas, a pesar de que la investigación concluyó que la ingesta de la sustancia fue accidental.

El caso de Sinner ha reavivado el debate sobre la eficacia y justicia del sistema antidopaje en el tenis. Mientras algunos abogan por sanciones más severas para mantener la integridad del deporte, otros argumentan que es crucial considerar las circunstancias individuales de cada caso. La necesidad de protocolos claros y consistentes se hace evidente para evitar percepciones de favoritismo o trato desigual. Además, este incidente subraya la importancia de que los atletas y su equipo de trabajo estén plenamente informados sobre las sustancias prohibidas y los riesgos de contaminación accidental. /Infobae