El uno por uno de los clubes y los títulos de la carrera de Miguel Russo como DT
Más de 1.200 partidos, diez títulos oficiales, pasos por Argentina, España, Chile, Colombia, Perú, Paraguay y Arabia Saudita.
Más de 1.200 partidos, diez títulos oficiales, pasos por Argentina, España, Chile, Colombia, Perú, Paraguay y Arabia Saudita. Una vida entera en el banco de suplentes con el traje puesto, siempre con la misma calma y la misma fe en el trabajo. Miguel Ángel Russo no fue solo un entrenador: fue un tipo querido, respetado, admirado por jugadores y colegas. Su carrera fue un viaje lleno de gloria, desafíos y afecto.
Lanús y el arranque de todo
El primer grito como DT llegó en el Sur. Lanús, donde tuvo dos etapas. La primera en 1989 hasta el 92, y el ascenso a Primera como punto de partida. Russo construyó un equipo sólido que devolvió al Granate al lugar que le correspondía.
Fue la primera medalla de un DT que, desde temprano, mostró que sabía armar grupos y conducir. La segunda, llegando a los 2000, donde volvió a tomar el mando del Granate: En total, lo dirigió 226 veces.
Estudiantes y otro ascenso inolvidable
En 1994 repitió la fórmula, pero ahora con Estudiantes de LP, su casa futbolística, donde jugó 14 años, y al que volvió cuando las papas quemaban. Lo sacó campeón del entonces Nacional y B regresó a Primera en tiempo récord. Ese plantel dominó con autoridad, acompañado por la experiencia de Eduardo Manera, y Miguel dejó su sello en el Pincha, que volvió rápido a codearse rápidamente con los grandes.
Para la temporada 2011/12, Miguelo volvió a La Plata, pero ahora con un paso fugaz: solo 14 partidos. En total, en sus dos etapas, Russo dirigió al Pincha en 67 partidos.
Universidad de Chile, primera experiencia afuera
El salto internacional vino en 1996, cuando lo buscó la U de Chile. Fue su primer paso fuera del país, un desafío fuerte en un club grande. Aunque no hubo título, Russo dejó la imagen de un entrenador serio en los 30 partidos que los dirigió.
Rosario Central, su casa futbolera
Si hay un lugar que Russo sintió como propio, fue Rosario Central. Cinco ciclos en el club de Arroyito, con distintos matices. Con su primera etapa, del 1996 hasta el 98, con la goleada inolvidable a Newell's (la Lepra no pudo terminar el partido porque se quedó con seis jugadores), y una clasificación a la Libertadores.
El segundo capítulo de esta historia de amor llegó sobre finales del 2002, cuando volvió para sacar al Canalla de los puestos del descenso del Clausura de ese año y lo clasificó a la Sudamericana. Y la tercera, en el 2009, en su tercer regreso para salvarlos del descenso jugando la promoción ante Belgrano de Córdoba.
Su cuarto ciclo inició en el 2012, donde obtuvo el título para volver a Primera División. Así se convirtió en uno de los técnicos con más partidos dirigidos en la historia de Rosario Central.
La consagración, la frutilla del pastel, recién llegaría en su quinta etapa, donde rompió la malaria y en 2023 se consagró campeón de la Copa de la Liga, ganándole la final a un Platense 1-1. Cinco etapas, 300 partidos dirigidos. Calle rosarina en los zapatos.
Salamanca, el capítulo en España
En 1998 pasó por Salamanca, en la Liga española; la experiencia europea le sumó bagaje y roce en un fútbol distinto. No fue sencillo; con solo 14 partidos a cargo del equipo, Miguelo dijo adiós a España.
Colón y Los Andes, en el fútbol argentino
Después de su estadía en Europa, Miguel tuvo pasos por Colón y Los Andes. Sin títulos, pero con la constancia de un DT que sabía trabajar con lo que tenía y que siempre dejaba una base. Con el Sabalero estuvo a cargo de 12 partidos y con Los Andes 26.
Monarcas Morelia, el paso por México
En 2001, Miguelo recaló en el Monarcas Morelia de México, donde tuvo un paso fugaz con 15 partidos disputados. En el medio, su duelo contra el América.
Vélez y la vuelta olímpica en Primera
Para la temporada 2004 llegó a Liniers y levantó por primera vez un título (Clausura) como DT en Primera. Ese Vélez de Russo fue un equipo práctico, competitivo, que supo encontrar regularidad y que le dio a Miguel su primera estrella.
Tres temporadas fueron suficientes para Russo, que dijo chau en el 2007. Pero para volver en el 2015, pero ahora solo por una temporada: En total dirigió al Fortín en 109 cotejos.
Boca y la gloria eterna
En 2007 se puso el buzo de Boca y a los seis meses tocó el cielo con las manos: campeón de la Copa Libertadores con un Riquelme descomunal y un plantel lleno de figuras. Ese título lo inmortalizó y lo metió en el selecto grupo de los entrenadores campeones de América en el club, junto al Toto Lorenzo y Carlos Bianchi.
Su nombre quedó grabado para siempre por esa Copa que desde entonces Boca persigue con obsesión y sin poder conquistar. Se fue tras perder la final del Mundial de Clubes contra el Milan.
San Lorenzo y Racing, pasos por dos grandes
Russo también pasó por San Lorenzo y por Racing, dos etapas de mucho trabajo, aunque sin títulos. Su paso por Boedo fue en 2008, donde dirigió 29 partidos. En Avellaneda lo hizo entre el 2009 y 2011, con un total de 53. En los dos, sin títulos, pero siempre con la impronta de un técnico que conocía el paño y sabía moverse en la presión de los clubes grandes.
Millonarios y la coronación en Colombia
En 2017 escribió una de sus páginas más fuertes en el exterior: campeón con Millonarios en el Torneo Finalización, en una final frente a Santa Fe. La estrella 15 para el club de Bogotá llegó de la mano de Russo, que se ganó el cariño eterno de los hinchas azules. En 2018 también se hizo con la Superliga de Colombia ante Atlético Nacional, con 88 partidos y dos títulos. Pero ahí, en suelo cafetero, empezó a luchar por primera vez con su dura enfermedad. "Me hice una quimioterapia y a los dos días salí campeón", es una frase muy recordada de esa etapa.
Alianza Lima, el paso por Perú
En 2019 aceptó otro desafío internacional: Alianza Lima. Allí condujo al equipo en 10 partidos en un contexto complejo, con resultados irregulares, pero dejando su experiencia.
Cerro Porteño y el desafío paraguayo
En 2019 también dirigió a Cerro Porteño en 12 partidos, uno de los grandes de Paraguay. Otra experiencia afuera que sumó a su extenso recorrido y que lo mostró vigente en el plano continental. Un paso fugaz y la previa a un regreso a Boca que no estaba en los planes.
Boca, regreso y campeón en siete partidos
En el 2020, Riquelme lo eligió para volver al Xeneize. Ganó la Superliga 19/20 en tan solo siete partidos con el plus de que le ganó el título a River, con Tevez como líder. Luego conquistó la Copa Diego Armando Maradona, en plena pandemia, y también inició el camino para conquistar la Copa Argentina 2021.
Arabia Saudita, la aventura en Medio Oriente
Al Nassr lo tuvo como DT para la temporada 2021/22 en Arabia Saudita. Un paso breve, distinto, en una liga en pleno crecimiento. Russo siempre aceptó los retos, incluso en escenarios lejanos y con culturas diferentes. En total, dirigió al equipo Saudi en 18 ocasiones.
San Lorenzo y la vuelta a Boca
Su vuelta al Ciclón se dio en 2024, donde agarró un San Lorenzo que necesitaba paz en un torbellino dirigencial y la encontró en Miguelo, quien dio pelea en los 57 partidos que estuvo al mando, llegando hasta las semis del Clausura del 2025, donde perdió contra Platense 1-0. Posterior a eso, recaló en el Xeneize para encarar su tercer ciclo y disputar el Mundial de Clubes.
El legado de Miguel Russo
Diez títulos oficiales en el recorrido: cuatro ascensos desde el Nacional B que marcaron su sello en Lanús, Estudiantes y Central. El Clausura con Vélez que lo metió en la élite. Con Boca, la vitrina dorada: la Libertadores, una Superliga, la Copa Diego Maradona y la Copa Argentina. Otra estrella con Rosario Central en la Copa de la Liga. Y sus dos estrellas en el exterior, con Millonarios.
Con el traje puesto, estuvo al frente en 1.273 partidos oficiales. Dejó una huella indeleble. Pero, sobre todo, dejó un legado humano: respeto, simpleza, cercanía con los jugadores y un trabajo silencioso, sin estridencias. Miguel Russo fue mucho más que un técnico campeón: fue un hombre del fútbol. /Olé