En una tarde de alta tensión en el Gigante de Arroyito, Rosario Central logró una remontada que le permitió quedarse con un triunfo clave frente a River Plate y posicionarse como líder solitario de la tabla anual. El desarrollo del encuentro tuvo matices distintos: un River que comenzó mejor y capitalizó una ocasión temprana, y un Central que encontró la reacción necesaria para inclinar la balanza a su favor.

El primer golpe llegó a favor del visitante: Miguel Borja aprovechó una chance y puso el 1-0, obligando a los locales a buscar respuestas. Con el paso de los minutos, Central fue ganando territorio y convicción, y esa superioridad se tradujo en la igualdad y luego en la ventaja. Franco Ibarra abrió la cuenta del regreso canalla, y Nacho Malcorra, con su experiencia y golpeo preciso, estampó el 2-1 definitivo.

Un factor determinante en el trámite fue la expulsión de Sergio Portillo, en River, que dejó al equipo millonario con un hombre menos durante casi 50 minutos. Esa circunstancia obligó a River a replegarse y a reconfigurar su esquema, mientras Central aprovechó los espacios y la superioridad numérica para gestionar el juego y buscar las acciones de gol con mayor claridad.

Con este resultado, Rosario Central no solo sumó tres puntos valiosos sino que también se afirmó en la Zona B del torneo y escaló hasta la punta de la tabla anual, un logro que refleja la regularidad acumulada en la temporada. Por su parte, River, además de la derrota, sufrió el impacto de la expulsión en su intención de escalar posiciones y deberá recomponer aspectos defensivos y disciplinarios en lo inmediato.

El triunfo canalla en Arroyito aporta un impulso anímico importante para el equipo de Holan, que ahora afrontará los próximos compromisos con la ventaja de liderar la clasificación anual. Quedan por delante jornadas decisivas y ambos clubes deberán ajustar piezas si pretenden mantener o recuperar protagonismo en la lucha por los puestos de privilegio.