River sufrió, fue a los penales y Armani lo salvó en el Monumental
River tuvo que pasar por el camino menos esperado para meterse en los cuartos de final de la Copa Libertadores. Contra todos los pronósticos, debió recurrir a los penales para dejar en el camino a Libertad, en una noche en la que Franco Armani —tantas veces cuestionado en las definiciones— se convirtió en héroe bajo los tres palos.
El Monumental explotó con el grito de “¡Pulpo, Pulpo!” cuando el arquero contuvo el remate decisivo. Fue el desahogo de un equipo que arrancó a toda máquina, dominó a voluntad en el primer tiempo, pero que no pudo plasmar su superioridad en el resultado.
River se puso en ventaja con una jugada colectiva que nació en los pies de Juanfer Quintero, pasó por Acuña y terminó con la palomita de Driussi tras un rebote en el travesaño. Sin embargo, el conjunto paraguayo reaccionó: primero avisó con un avance de Melgarejo y luego lo empató con un cabezazo del “Sicario” Rojas, aplicando la “inexorable” ley del ex en Núñez.
El segundo tiempo fue cuesta arriba para los de Marcelo Gallardo. Sin Paulo Díaz desde el entretiempo y con la expulsión de Giuliano Galoppo, el equipo perdió orden y claridad. La salida de Quintero dejó a River sin la chispa en el último pase, y Libertad aprovechó para hacerse fuerte en el medio y jugar con la desesperación local.
El ingreso de Miguel Borja le dio aire al ataque y, aunque no marcó, contagió sacrificio y actitud. También levantaron Enzo Pérez y Nacho Fernández, quien se encargó con personalidad de abrir la tanda de penales. Pero la noche quedó marcada por Armani: el arquero se vistió de figura y sostuvo a un River que terminó pidiendo la hora.
River sigue con vida en la Copa, aunque con la obligación de mejorar si quiere superar a Palmeiras en cuartos. Estuvo al borde del papelón, pero terminó abrazado a su arquero, que volvió a demostrar por qué es emblema.