Los clásicos son partidos aparte y, como tales, se viven a flor de piel. Pese a los más de 35° grados de sensación térmica, el Palacio Tomás Adolfo Ducó estaba repleto de gente minutos antes de comenzar el encuentro entre Huracán y San Lorenzo.

En esta clase de eventos suele haber hinchas que no concurren habitualmente a la cancha e incluso algunos valientes infiltrados; sumado a la acumulación de gente y el calor, todos estos pueden ser factores desencadenantes de un hecho de violencia, algo que ocurrió en la popular local en la previa del encuentro.