Después de dos años y medio, Luis Miguel "Pulga" Rodríguez volvió a Colón. Este lunes se hizo la revisación médica antes de sumarse a los entrenamientos del Sabalero.

El regreso del ídolo se da en un momento deportivo muy negativo. "Ojalá podamos revertir la situación", declaró el tucumano en su primer contacto con los medios en su regreso a Santa Fe.

Al mismo tiempo, el Pulga confirmó que ya se encuentra a disposición de Martín Minella, en caso de que así el entrenador lo desee. “Terminé la pretemporada el viernes, estuve entrenando y estamos a disposición.”

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El presente del "Sabalero" es preocupante. Arrastra cinco derrotas seguidas, suma apenas 21 puntos en 21 fechas y no logra levantar cabeza en la Primera Nacional. La salida de Iván Delfino y más recientemente la de Iván Yllana dejaron al equipo sin una conducción firme, profundizando el desconcierto. En este contexto, la vuelta del "Pulga" no solo representa fútbol: representa esperanza para los fanáticos santafesinos.

La presencia del nuevo "10" de Colón no implica una solución mágica, pero sí una bocanada de identidad. El regreso se produce en uno de los momentos más delicados del club. Colón ganó apenas dos de los últimos 14 partidos, empató uno y perdió los 11 restantes. Se ubica 15° en la Zona B, con 21 puntos, y se encuentra a 11 unidades de los puestos de descenso directo. 

Además, las turbulencias institucionales se acentúan: salidas en la Comisión Directiva, la renuncia del vicepresidente primero y del mánager, y la sanción por los incidentes contra Mitre que obligará al club a jugar dos fechas sin público.