Este jueves al mediodía se llevará a cabo una reunión en la que se oficializará, por primera vez en los últimos 12 años, la presencia de público visitante en un partido de la Liga Profesional de Fútbol en la Provincia de Buenos Aires. Este evento se desarrollará en el estadio de Lanús, donde el equipo local se enfrentará a Rosario Central, programado para el sábado a las 16:30 horas. 

La posibilidad de que se permita el ingreso de hinchas visitantes ha sido motivada en parte por el regreso del destacado futbolista Ángel Di María al fútbol argentino. Tanto la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) como las autoridades de seguridad han calificado esta medida como una prueba piloto. Varios aspectos aún deben ser acordados en la reunión que se realizará en el centro de monitoreo de la Policía Bonaerense, ubicado en el predio de la autopista Ricchieri, cerca del Puente 12. En este cónclave participarán el ministro de seguridad de la provincia, Javier Alonso; el presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia; Nicolás Russo y Gonzalo Belloso, presidentes de Lanús y Rosario Central, respectivamente; así como Guillermo Cimadevilla, responsable del organismo de seguridad deportiva provincial, Aprevide. 

Las condiciones establecidas para la implementación de esta medida incluyen la limitación de 7,000 entradas disponibles para los hinchas visitantes, a pesar de que Rosario Central había solicitado una cifra mayor, de 12,000, correspondiente a la capacidad de su tribuna. 

Asimismo, se ha estipulado que las barras y filiales no podrán trasladarse en micros escolares, sino en ómnibus de larga distancia, sin realizar paradas intermedias en su trayecto entre Rosario y el estadio, con el fin de prevenir robos o enfrentamientos con hinchas de otros equipos. Otro punto relevante es la prohibición de llevar banderas de cualquier tamaño, una medida que busca prevenir incidentes como emboscadas a hinchas comunes para el robo de dichas banderas. Si todos los participantes de la reunión aceptan estas condiciones, se dará luz verde a la presencia de público visitante, lo cual se considera bastante probable, aunque aún falta formalizar la decisión. 

Sin embargo, existe resistencia por parte de algunos clubes que ya tienen sus estadios completamente abonados, quienes se muestran reacios a ofrecer espacios a los simpatizantes rivales. Equipos como Boca Juniors y River Plate, en particular, han manifestado su desinterés en reducir la cantidad de asientos disponibles para sus propios socios en favor de los visitantes. Uno de los puntos más controvertidos es que otorgar 3,000 entradas al visitante podría implicar la necesidad de crear dos pulmones de seguridad para evitar la mezcla de hinchas, lo que resultaría en la reducción de cerca de 6,000 localidades. 

Esta dinámica puede llevar a que algunos clubes, por razones de recaudación, acepten a hinchas rivales, aunque esto no garantice reciprocidad en futuros encuentros. Por ejemplo, Lanús podría ofrecer 7,000 entradas a 23,000 pesos cada una, que es el costo de la popular para Central, sin asegurar que el encuentro en el estadio de Arroyito el próximo año cuente con una situación equivalente, dado que también el estadio de Central está ocupado al 100 por ciento por locales. 

Finalmente, se hará una fuerte recomendación a los hinchas de Rosario Central para que mantengan la calma. Un funcionario ha advertido que si se registra algún incidente, por menor que sea, los hinchas visitantes no podrán regresar a la Provincia. La intención de las autoridades es recuperar la esencia del fútbol como se vivía antes de 2013, pero sin querer enfrentarse a los costos que implican los posibles enfrentamientos que marcaron la historia reciente del fútbol argentino.