¿Por qué algunas estaciones de servicio no bajaron el precio?
Los expendedores que tienen modalidad de reventa reclaman una compensación por el desfasaje.
En el contexto reciente de la industria de combustibles en Argentina, la decisión de YPF de implementar una rebaja en los precios ha generado una serie de reacciones y consecuencias que merecen ser analizadas con detenimiento.
La reducción en los precios ha sido notable, especialmente en el segmento del gasoil premium, donde los surtidores han reflejado caídas más significativas. Sin embargo, no todas las estaciones de servicio han trasladado de inmediato estas disminuciones al consumidor final, lo que ha generado una brecha en los precios. Algunas estaciones de servicio han optado por esperar antes de ajustar sus precios. Esta decisión se debe a que poseen depósitos llenos de nafta y diésel adquiridos a precios anteriores, lo que les impide realizar una venta sin incurrir en pérdidas.
Un operador del sector expuso que, al comprar combustible a un costo más elevado y verse obligados a venderlo a un precio inferior, el margen de comercialización se ve drásticamente reducido. Esto, a su vez, repercute en su capacidad para cumplir con obligaciones financieras, como el pago de sueldos y el mantenimiento de las instalaciones. La situación es particularmente complicada para aquellos expendedores que no operan bajo la modalidad de consignación, como es el caso de YPF.
Estos empresarios adquieren el combustible de manera anticipada y son responsables de su stock. En su perspectiva, la reducción en los precios de YPF representa una desventaja, ya que la petrolera puede bajar los precios sin impactar negativamente en su rentabilidad, dado que vende por cuenta y orden de la empresa petrolera. En contraste, el riesgo y la carga financiera recaen sobre los expendedores independientes, quienes deben afrontar las consecuencias de un movimiento de precios que no han podido prever ni gestionar adecuadamente.
Las declaraciones de los empresarios reflejan un sentimiento de frustración ante la situación, donde cada ajuste de precios por parte de YPF puede traducirse en pérdidas para aquellos que operan con stock propio. De esta manera, la dinámica del mercado de combustibles se encuentra marcada por una complejidad que va más allá de la simple reducción de precios, evidenciando las tensiones existentes entre los diferentes actores del sector.