En abril de 2025, los precios de los alimentos a nivel mundial experimentaron un aumento del 1% en comparación con marzo, según el índice elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Esta variación se produce en un contexto global marcado por tensiones comerciales, particularmente debido a la implementación de aranceles por parte de algunos países, lo que ha generado un clima de incertidumbre en el comercio internacional de alimentos. 

El informe de la FAO también destaca que, comparando con el año anterior, los precios de los productos de primera necesidad se incrementaron un 7,6%, cifra que representa un ligero aumento respecto al 6,9% interanual registrado en marzo. 

Este crecimiento en los precios ha sido impulsado principalmente por el aumento en los costos de los cereales, los productos lácteos y la carne. Sin embargo, se observó una caída en los precios del azúcar y los aceites vegetales, lo que sugiere un comportamiento variado en diferentes categorías de alimentos. 

Desde la FAO se ha señalado que las políticas arancelarias implementadas por Estados Unidos, dirigidas a proteger ciertos sectores, han contribuido a la presión alcista sobre los precios de varios alimentos. En este sentido, los economistas advierten que los países, ante la inminencia de aranceles más altos, podrían haber aumentado su demanda de ciertos productos alimenticios en un intento por abastecerse y mitigar el impacto de estos gravámenes. 

En cuanto a los aceites vegetales, aunque se registró una disminución del 2,3% en abril respecto al mes anterior, los precios se mantienen un 20,7% por encima de los niveles del año pasado. Esta situación resalta la complejidad del mercado alimentario global, donde diversos factores interrelacionados influyen en la dinámica de precios, haciendo que la estabilidad en este sector sea un desafío constante. 

En resumen, el aumento de precios alimentarios a nivel mundial en abril refleja tanto las tensiones comerciales como la respuesta de los mercados ante políticas arancelarias específicas, situando a los países en un escenario donde deben equilibrar sus necesidades de abastecimiento con las fluctuaciones de precios en un entorno global incierto.