La crisis económica en Argentina está teniendo un impacto significativo en diversas industrias, particularmente en aquellas que dependen de la producción y el empleo masivo. En este contexto, se destaca el caso de una reconocida empresa del rubro de las golosinas y caramelos que se encuentra al borde del cierre.

Con más de cien trabajadores en paro por tiempo indeterminado y salarios de abril aún impagos, la situación ha persistido durante dos semanas sin una solución aparente, lo que podría convertirse en un nuevo hito emblemático del deterioro industrial que enfrenta el país.

Lipo S.A., una histórica fábrica que fue fundada en 1969, es reconocida por la producción de caramelos y golosinas. Con una capacidad de producción de dos millones de unidades por día, la empresa también se encuentra presente en mercados internacionales, exportando a diversas regiones, incluyendo el Mercosur, Asia y Europa. A pesar de su fuerte presencia en estanterías de supermercados y como proveedora de marcas reconocidas como Carrefour, la empresa ha manifestado problemas financieros que han comprometido su operatividad.

Adiós a los clásicos caramelos: cierra una histórica fábrica argentina

Los empleados, por su parte, han denunciado retrasos salariales sistemáticos, presiones laborales, y maniobras dilatorias en la resolución de conflictos en la planta ubicada en Lanús.

Lipo, una marca emblemática en declive

Fundada en 1969 como un emprendimiento familiar, Lipo S.A. logró establecerse como un ícono en el sector alimenticio, produciendo más de dos millones de caramelos diarios y ofreciendo productos que han conquistado el paladar de varias generaciones, incluidos sus populares caramelos ácidos. La fábrica fue un símbolo de la industria nacional, destacándose por la calidad y variedad de sus productos, que lograron un lugar relevante tanto en el mercado local como en algunos destinos internacionales.

Sin embargo, la empresa se encuentra actualmente en un proceso de deterioro que muchos trabajadores atribuyen a una combinación de mala gestión y una estrategia de precarización laboral. Esta situación ha erosionado la confianza y la operatividad de la planta. La crisis económica en general, junto con la falta de inversión, parecen haber afectado la capacidad productiva y financiera de Lipo, generando un ciclo vicioso que se refleja en la demora en el pago de salarios y en la escasez de insumos necesarios para la producción.

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A pesar de que la titularidad formal de la empresa permanece en manos de los hermanos Matías y Mariela Lipovetzky, desde el gremio se ha señalado que el control real es ejercido por un grupo inversor liderado por Osvaldo Iglesias, ex gerente de Metropolitano S.A. Esta compañía fue señalada por irregularidades en el manejo de subsidios estatales en el Tren Roca durante la década de 2000, lo que introduce un elemento de incertidumbre respecto a la transparencia y la dirección futura de la empresa, generando dudas sobre la gestión y el futuro de la fábrica.

El conflicto que pone en riesgo la continuidad

El conflicto se ha intensificado tras la propuesta de la patronal, cuyo principal accionista, Osvaldo Iglesias, ha sugerido pagar las deudas a cambio de descontar días no trabajados, argumentando falta de materia prima. Esta propuesta fue rechazada por la asamblea de trabajadores, quienes han calificado la medida como un “atropello sin escrúpulos” y exigen el pago completo de los haberes adeudados. La próxima audiencia está programada para este miércoles en el Ministerio de Trabajo de Lanús, donde se espera que se alcance una resolución que pueda mitigar el conflicto.