Daniel Romano, presidente de la Cámara de Panaderos de Salta, describió la preocupante situación que atraviesan las panaderías de la vecina provincia: "La harina ha subido un 25% durante estas últimas tres semanas; estaba a 12.000 y ahora está en 15.000, 16.000 pesos en algunos lugares". A esa presión sobre costos se suman las reiteradas subas de combustibles, que encarecen el transporte de insumos, y la depreciación e incertidumbre económica que impacta en toda la cadena.

Romano explicó que, por ese combo de factores, muchas panaderías se ven obligadas a "corregir precios" para cubrir costos, aunque la reacción del mercado es dura: "Hay una caída fuerte del consumo, que ronda entre el 25 y el 30%". Esa retracción se traduce en menos producción y en ajustes operativos: "Si una panadería trabajaba a 8 horas, hoy está trabajando 6 horas", dijo, y agregó que en algunos casos la jornada es aún menor.

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El dirigente alertó además sobre el efecto en el empleo: la reducción de horas genera menos demanda de mano de obra extra -las llamadas "changas"- y pone en riesgo ingresos fijos. "Cuando ya tiene la tarjeta al tope, no le alcanza la plata, no puede pagar la luz. Nosotros no nos han sacado un solo impuesto. Nos han dejado, bueno, si no te da, cerrá", resumió Romano, describiendo el endeudamiento que denuncia entre colegas: "Van en no pago de impuestos, en algún proveedor que se le debe".

Romano relató la visita reciente de un joven de 18 años que llegó a pedir trabajo: "Me partió el alma -dijo-, llorando porque no sabía qué hacer… me decía 'señor, no me alcanza, mi papá tiene otros hijos y no le alcanza la plata'. Veo cuatro o cinco personas todos los días que piden trabajo, chicos jóvenes entre 18 y 25 años que muchas veces ni terminaron la secundaria". Romano advirtió la doble amenaza: "Si no encuentran salida, pueden terminar en adicciones o en la delincuencia".

Ferias

Sobre la competencia informal, Romano reconoció la existencia de ventas en ferias y puestos callejeros que ofrecen pan a precios muy bajos porque no afrontan la carga impositiva ni los costos formales. "Si vos me sacás todos los impuestos, seguramente tendría la mitad de precio", explicó, aunque diferenció al vendedor que pelea por llevar el puchero a su casa del productor clandestino que produce en gran escala sin tributar.

El aumento de precios al consumidor también se refleja en la oferta: "Un pan francés hoy puede estar rondando entre 2.700 y 3.500 pesos (el kilo), dependiendo del lugar", dijo Romano, y dejó en claro que la dispersión de precios responde a costos de alquiler, estructura y zona de venta.

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Romano cuestionó además la posibilidad de mejorar la situación vía crédito: "Cuando vas al banco… te dicen que la tasa es del 100%". Y sobre la supuesta solución de una baja impositiva masiva, expresó sus dudas: "¿Cómo vas a bajar el impuesto si estás pidiendo plata al exterior? Si no hay reservas, no van a bajar un solo impuesto".

Desde la Cámara advierten que, si la caída del consumo persiste, la situación puede agravarse y derivar en cierres o mayor precarización laboral. / El Tribuno