Durante más de diez horas de negociación, equipos técnicos bajo la dirección del ministro de Economía, Luis Caputo, y del secretario del Tesoro, Scott Bessent, buscaron cerrar un acuerdo bilateral que permita al Gobierno contar con un amplio préstamo destinado a pagar vencimientos de deuda y a reforzar las reservas del Banco Central. La intención oficial era anunciar ese convenio antes de la llegada del presidente Javier Milei a Nueva York, donde tiene una intensa agenda que incluye bilaterales con Donald Trump y Benjamín Netanyahu y su participación en la Asamblea General de la ONU.

Milei partió desde Buenos Aires acompañado por Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, y por Luis Caputo. En Manhattan lo esperará el canciller Gerardo Werthein. Pese a la presión por cerrar el acuerdo, los técnicos argentinos no lograron disipar todas las dudas del subsecretario del Tesoro, Michael Kaplan, quien cuenta con amplio conocimiento de la historia económica y política del país y ha seguido las administraciones de Mauricio Macri y Alberto Fernández.

Las conversaciones se reanudarán este lunes, mientras desde el Palacio de Hacienda intensifican los esfuerzos para concretar el anuncio antes de la foto que Milei y Trump compartirán el próximo martes en la ONU. Uno de los puntos centrales en discusión es la posibilidad de eliminar el sistema de bandas cambiarias, propuesta impulsada por técnicos de la Secretaría del Tesoro. De aprobarse, Argentina entraría en un esquema de flotación libre del dólar: el Banco Central dejaría de intervenir y el tipo de cambio se fijaría por la oferta y la demanda del mercado.

El pedido argentino busca, en términos oficiales, mostrar un “poder de fuego” suficiente para desactivar movimientos abruptos del tipo de cambio que alimentan la inflación mensual, en un contexto político sensible a pocas semanas de las elecciones de medio término. El Tesoro estadounidense no rechazó la propuesta en su versión más ambiciosa, lo que explica la continuidad de las negociaciones durante el fin de semana.

Argentina y EE. UU. avanzan en un acuerdo de préstamo para cubrir vencimientos de deuda

La prioridad del Gobierno nacional son dos partidas concretas

4.000 millones de dólares para cancelar un vencimiento en enero y 4.500 millones para hacer frente a otra obligación que vence en julio. Desde la Casa Rosada se interpreta que, si EE. UU. girara esos fondos al Banco Central, la situación financiera podría comenzar a normalizarse en pocos días.

El supuesto salvataje financiero pone en evidencia la sintonía política e ideológica entre Milei y Donald Trump, a quien el presidente argentino considera su aliado estratégico más relevante en América Latina. El Fondo de Estabilización Cambiaria, administrado por Bessent desde la Secretaría del Tesoro, fue ofrecido como mecanismo para enfrentar la crisis en los mercados y el continuo drenaje de reservas.

Históricamente, ese instrumento fue determinante en crisis regionales: su accionar evitó el colapso de México durante la presidencia de Bill Clinton, cuando el Congreso estadounidense negó una ayuda extraordinaria al gobierno de Ernesto Zedillo en el episodio conocido como “Efecto Tequila”.

Los técnicos del Tesoro estadounidense describen un panorama de vencimientos para la Argentina que concentra presiones entre el último trimestre de 2025 y el primer semestre de 2026: obligaciones con organismos multilaterales por aproximadamente 2.295 millones de dólares entre octubre y diciembre de 2025 y 7.521 millones en 2026 (casi la mitad con el FMI, alrededor de 3.413 millones); vencimientos de bonos y letras por 10.718 millones, de los cuales 7.677 millones corresponden a capital; y obligaciones BOPREAL por 1.000 millones en noviembre de este año y 2.000 millones en el primer semestre de 2026. El total aproximado asciende a 24.000 millones de dólares.

Argentina y EE. UU. avanzan en un acuerdo de préstamo para cubrir vencimientos de deuda

En Washington, la administración republicana asumió el resultado político de las últimas elecciones en la provincia de Buenos Aires y muestra rechazo a un eventual retorno del kirchnerismo al gobierno nacional. La Casa Blanca recuerda su intervención financiera y política durante la gestión de Mauricio Macri, cuando apoyó un paquete de 53.000 millones de dólares que se canalizaría mediante un standby del FMI; aquella iniciativa no evitó el triunfo electoral de Alberto Fernández.

En la actual negociación, Trump y su equipo se apalancan en el Fondo de Estabilización Cambiaria para girar fondos al Banco Central mediante un mecanismo técnico de swap. A cambio, el Gobierno argentino depositaría pesos en una cuenta de la Secretaría del Tesoro en Nueva York, procedimiento que —según la propuesta— permitiría instrumentar la asistencia sin necesidad de pasar por la aprobación del Congreso, donde la oposición mantiene el control.

Desde la Casa Blanca se busca evitar una repetición de la experiencia macrista y, en paralelo, exhortan a que Milei consolide su administración mediante cambios que le permitan diseñar una hoja de ruta de acuerdos con la oposición. La potencial ayuda estadounidense, no obstante, contrapone la presencia de China, que mantiene su propio swap de libre disponibilidad en el Banco Central y desarrolla una ofensiva económica y geopolítica en la región a través de iniciativas como la Ruta de la Seda.

Argentina y EE. UU. avanzan en un acuerdo de préstamo para cubrir vencimientos de deuda

La administración de Trump monitorea el avance de Xi Jinping en Argentina, percibido como un intento de ampliar la influencia china sobre infraestructura, logística y espacios estratégicos —incluido el acceso a la Antártida y corredores que conectan el Atlántico con el Pacífico—.

La reunión entre Milei y Trump en la Asamblea General de la ONU será, además de un gesto político, una instancia clave para definir la continuidad y el alcance del apoyo financiero. El resultado de esas conversaciones marcará el rumbo inmediato de la estrategia económica del Gobierno y condicionará la agenda doméstica en las próximas semanas.