La economía argentina ha atravesado un período de recesión durante el último año; sin embargo, en los últimos meses se ha observado un avance hacia la estabilización de la inflación y un crecimiento gradual en la actividad económica. Esta recuperación, aunque prometedora, no se manifiesta de manera uniforme entre los diferentes sectores de la población, lo que ha acentuado las desigualdades económicas existentes. 

El análisis presentado en el informe titulado “La Argentina ‘pesificada’ versus la Argentina ‘dolarizada’” de la consultora Moiguer pone de relieve esta disparidad. Según el relevamiento, los patrones de consumo han comenzado a diferenciarse notablemente entre los distintos segmentos de la pirámide económica del país. En este sentido, el informe señala que los sectores de menores ingresos, tanto medio bajos como bajos, presentan un comportamiento de consumo más restrictivo, enfrentando dificultades para cubrir los gastos básicos del hogar. 

En contraste, los sectores medio altos y altos han incrementado sus consumos en dólares, enfocándose en atesoramiento, viajes y compras en el exterior. La situación descrita ha llevado a que los indicadores de ventas en el consumo masivo se mantengan estancados, mientras que los bienes de consumo importados, los bienes durables y el turismo emisivo muestran un crecimiento significativo. 

Asimetría económica: mientras algunas familias no llegan a fin de mes, otras compran dólares

De acuerdo con los datos recopilados por Moiguer, un 50% de los encuestados manifiesta que no logra llegar a fin de mes, un 30% se ve obligado a resignar gastos para poder pagar servicios, y un 23% afirma que adquiere dólares. Asimismo, un 11% de los encuestados ha realizado compras en el exterior. Las estrategias comerciales también se han adaptado a esta realidad segmentada. Para el segmento de mayores ingresos, se están promoviendo viajes y consumos fuera del país, capitalizando el crecimiento de los salarios en dólares y la coyuntura favorable del tipo de cambio. 

Por otro lado, el mercado dirigido a los sectores de ingresos más bajos busca "anabolizar" el consumo a través de promociones y descuentos, dado que sus salarios se encuentran rezagados frente a la inflación. En este contexto, el consumo de estos hogares queda condicionado a la evolución de las tarifas de servicios, que a su vez impacta en sus ingresos disponibles. 

La distribución de ingresos promedio por hogar en Argentina, según el relevamiento, se presenta de la siguiente manera: 

  • **Clase baja**: Representa el 50% de la pirámide, dividida en dos segmentos. Un 19% de este grupo percibe ingresos de hasta $585.800 (aproximadamente US$504), mientras que un 31% gana hasta $1.120.600 (alrededor de US$964).
  •  **Clase media**: Este sector abarca un 44% de la población, también subdividido. Un 26% recibe ingresos de hasta $1.564.000 (US$1346), mientras que el 18% restante alcanza ingresos de hasta $3.122.836 (US$2687). 
  • **Clase alta**: Este grupo constituye el 6% de los hogares, cuyos ingresos oscilan entre $9.105.000 y $20.500.000. 
Asimetría económica: mientras algunas familias no llegan a fin de mes, otras compran dólares

En resumen, el informe de Moiguer revela una realidad económica fragmentada en Argentina, con un crecimiento que, aunque existente, no se distribuye equitativamente, generando disparidades en el consumo y en la capacidad de los hogares para afrontar sus gastos.