Tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, el presidente Javier Milei optó por un tono menos combativo al presentar el Presupuesto 2026 en cadena nacional. En el discurso, enfatizó la continuidad del equilibrio fiscal y financiero como eje principal de su gestión, una promesa destinada a transmitir certidumbre en un contexto político y económico delicado.

En el ámbito cambiario, la jornada muestra estabilidad relativa: el dólar mayorista opera casi sin cambios y se encuentra a menos del 1% del techo de la banda cambiaria. El tipo mayorista retrocedió 50 centavos hasta $1.465,50, ubicándose a 0,5% del límite superior de la banda, que hoy se sitúa en $1.473,90. En el segmento minorista, el Banco Nación ajustó la cotización a $1.480.

Los dólares financieros registran descensos más marcados. El MEP, también conocido como "dólar bolsa", bajó $16,73 (-1,1%) hasta $1.471,33, mientras que el Contado con Liquidación (CCL) retrocedió $20,64 (-1,4%) a $1.479,89, marcando su mayor caída desde el 14 de agosto. Estas variaciones reflejan movimientos en la demanda de activos dolarizados y en la percepción sobre las herramientas de intervención disponibles.

Las variables económicas de base no evidencian cambios abruptos en el corto plazo; sin embargo, la confianza se ha visto erosionada después de decisiones gubernamentales que pusieron en duda la capacidad de honrar pagos de bonos en dólares. La discusión pública se centró en el margen de maniobra del Banco Central y su «poder de fuego» para controlar el tipo de cambio, cuestión que cobra especial relevancia a más de un mes de la elección legislativa, cuando la estabilidad financiera y la previsibilidad política son factores determinantes para los actores del mercado.

El escenario combina, por tanto, un discurso oficial orientado a la estabilidad fiscal con tensiones en los mercados generadas por dudas sobre la capacidad de intervención del sistema financiero. En los próximos días, la evolución de la negociación con tenedores de deuda, las señales de política monetaria y la dinámica política postelectoral serán determinantes para recomponer o profundizar la confianza en los activos locales.