En las últimas semanas, se han generado especulaciones en torno a una reestructuración significativa en los medios públicos de Argentina, particularmente en Radio y Televisión Argentina (RTA). Aunque aún no existe una fecha confirmada, se anticipa que en un plazo de dos semanas se inicie un proceso de retiros voluntarios, que podría desembocar en desvinculaciones masivas de personal. 

La propuesta oficial sugiere una reducción de la plantilla de RTA en un 45%, una decisión que se enmarca en el contexto de la gestión del actual Gobierno y las promesas realizadas por Javier Milei desde su asunción. Fuentes dentro del Gobierno han indicado que esta medida es coherente con la política de austeridad y ajustes que se busca implementar. Sin embargo, la situación no parece estar exenta de tensiones internas. Entre los funcionarios, se ha generado un debate sobre la forma en que se llevarán a cabo estas desvinculaciones. 

Un funcionario del Gobierno, que prefirió mantener el anonimato, indicó que aún no se han definido los detalles, aclarando que se está preparando un nuevo plan de retiros, aunque se desestimaron despidos inmediatos. 

Los números circulan entre las autoridades, revelando que en la Televisión Pública se busca desvincular a 153 de los 849 trabajadores, lo que representa un 18% de su personal. En Radio Nacional, la intención es prescindir de 584 de 1169 empleados, es decir, aproximadamente el 50%. En la agencia Télam, el objetivo es desvincular a los 228 ex empleados que aún dependen de RTA. En total, de los 2246 trabajadores de RTA, se proyecta que 965 perderían sus puestos, lo que equivale a un 43% de la plantilla. Las áreas de Contenidos y de la Agencia de Publicidad del Estado también se verían afectadas, con bajas significativas que alcanzarían hasta el 92% en algunos casos. 

El impulso detrás de esta reestructuración parece estar vinculado a la preocupación por el costo que representan los salarios para el balance económico de RTA. Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, habría expresado su inquietud al respecto, señalando que los altos salarios de los trabajadores impactan en las finanzas de la empresa, especialmente en un contexto donde las producciones y contenidos han sido recortados. 

No obstante, desde el entorno de Manuel Adorni, secretario de Comunicación y Medios, se ha negado que la decisión provenga exclusivamente de Sturzenegger, afirmando que el Gobierno está llevando adelante su agenda de transformaciones en línea con lo que se está realizando en otras entidades estatales. 

Finalmente, Eduardo Roberto González, interventor de RTA, se encuentra en una posición delicada, ya que será quien deba enfrentar las críticas y gestionar las desvinculaciones, a pesar de que las decisiones más críticas se toman en niveles más altos del Gobierno. Hay una creciente preocupación en Casa Rosada sobre la capacidad de González para abordar esta reestructuración, así como su compromiso con la agenda cultural que impulsa la actual administración.