El consumo en Argentina continúa presentando resultados notoriamente dispares. Por un lado, se observa un auge en la venta de automóviles y motos, impulsado principalmente por el acceso al crédito, así como un aumento en los viajes al exterior. Sin embargo, por otro lado, la demanda de bienes básicos, como alimentos y productos para el hogar, sigue deprimida y sin señales claras de recuperación.

Cada vez más familias recurren a la tarjeta de crédito para financiar sus gastos cotidianos. Un reciente informe de la UBA revela que casi la mitad de las compras en supermercados se realizan a través de esta modalidad.

Según datos oficiales del INDEC, el Centro RA de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA indicó que el uso de tarjetas de crédito representó el 46% del total de compras en supermercados. Esto marca un aumento de 7 puntos porcentuales durante la gestión de Javier Milei: en diciembre de 2023, el uso de tarjetas de crédito en los supermercados era del 39%. En el mismo periodo, el uso de tarjetas de débito disminuyó del 34% al 27%, mientras que los pagos en efectivo cayeron del 20% al 16%.

Con el consumo estancado, crece el uso de la tarjeta de crédito para llenar el changuito

“Esta dinámica sugiere que un número creciente de hogares estaría recurriendo al endeudamiento para cubrir consumos básicos mensuales, como alimentos, productos de higiene y artículos de primera necesidad”, destacó el trabajo del Centro RA de la Facultad de Económicas de la UBA, coordinado por Mara Pegoraro.

Este fenómeno se produce en un contexto en el que el nivel de ventas en supermercados, mayoristas y minoristas se encontraba, hasta mayo (último dato oficial disponible), un 30% promedio por debajo del registrado en diciembre de 2023, cuando asumió el gobierno de Javier Milei.

De acuerdo con los datos del INDEC, las ventas en mayoristas acumularon una baja del 5% en los primeros cinco meses de 2025, mientras que las grandes cadenas minoristas experimentaron un repunte del 6,1% interanual en el mismo periodo.

“El crecimiento sostenido que mostraron las ventas en supermercados durante los primeros meses del año no ha sido suficiente para compensar la caída acumulada entre diciembre de 2023 y diciembre de 2024, que se aproxima al 10%”, sostiene el informe de la UBA.

El uso de la tarjeta de crédito y el aumento de la mora

La tarjeta de crédito ha superado a la de débito en el segundo trimestre del año, según el reciente índice Payway, alcanzando un 63,2% del total del volumen operado. Esto representa una mejora de 5,4 puntos en comparación con el segundo trimestre de 2024.

Entre abril y junio de este año, la cantidad de operaciones con tarjeta de crédito creció un 10% de manera interanual. Las compras en un solo pago representan el 58,3% del total, mientras que los planes de cuotas ganaron participación en el último año, pasando de 29,1% a 34,8%.

Paralelamente, el aumento en el uso de tarjetas de crédito ha venido acompañado de un incremento en los atrasos en los pagos. Según datos del Banco Central, a mayo, la mora en las tarjetas de crédito de las familias alcanzó el 4,2% del total, mostrando un aumento de 1 punto porcentual respecto a abril. En comparación con el mismo mes de 2024, el incremento fue de 2,2 puntos.

¿Por qué más personas utilizan la tarjeta de crédito para comprar en el supermercado?

Detrás de estas cifras, existe una serie de factores que ayudan a explicar por qué más familias optan por la tarjeta de crédito para financiar sus gastos cotidianos.

Promociones agresivas por parte de las cadenas de supermercados y las emisoras de tarjetas, que incluyen descuentos por utilizar esa modalidad o reintegros de hasta el 30% o 40%, así como la falta de fondos para realizar una compra impostergable, son algunos de los factores que influyen en la decisión del consumidor al momento de pagar.

La economista Florencia Iragui, de la consultora LCG, sugiere que detrás de este comportamiento podría estar el atractivo de consumir mediante promociones bancarias, la posibilidad de obtener una ‘cierta ganancia’ en algunos días, o incluso la falta de dinero en el momento necesario para realizar la compra, utilizando la tarjeta de crédito como un préstamo a corto plazo, aunque esto no puede generalizarse.

Según Pegoraro, del Centro RA de Económicas de la UBA, la explicación radica en la disminución del poder adquisitivo del salario y la necesidad de crédito para adquirir bienes básicos. “No solo ha cambiado el método de pago, sino que las ventas han caído, lo que puede implicar que a la gente no le alcanza y necesita financiamiento”, agregó.

Osvaldo del Río, de la consultora Scentia, observó que “generalmente, las compras en supermercados se realizan en un 40% con medios de pago electrónicos (tanto crédito como débito) y un 60% en efectivo, pero el 40% con tarjeta concentra más del 60% de la facturación”. Consideró que el aumento en el uso de tarjetas de crédito en las compras del supermercado fue “circunstancial” en mayo.

Ese mes se llevó a cabo el Hot Sale, donde marcas y grandes cadenas ofrecieron fuertes descuentos, y la gente aprovechó las ofertas y las cuotas sin interés.

Sin embargo, la situación parece haber cambiado en junio: según el último reporte de esa consultora, el consumo masivo volvió a caer tras tres meses de incremento, marcando una contracción del 0,8% respecto a mayo, y dejando el acumulado en el primer semestre con un leve crecimiento del 0,4%. /TN