En un contexto económico marcado por la volatilidad de los mercados internacionales, la empresa YPF ha decidido implementar una reducción del 4 por ciento en el precio de sus combustibles a nivel nacional. Esta medida, que busca reflejar las tendencias de cotización del crudo en el ámbito global y ofrecer un respiro a los consumidores argentinos, fue adoptada también por otras compañías del sector. 

Sin embargo, la decisión ha generado un clima de incertidumbre entre los estacioneros, quienes, aunque respaldan la iniciativa, manifiestan su preocupación por las repercusiones que esta podría tener en sus márgenes de ganancia. Alberto Boz, presidente de la Federación de Expendedores de Combustibles del Interior, expresó que el sector no se encuentra en condiciones de absorber la presión que implica una reducción de precios sin ajustes en las comisiones que reciben por cada litro vendido. "Nos tendremos que acostumbrar a que si baja el dólar o el crudo, bajan los combustibles. Pero no podemos vivir con anuncios hechos a las apuradas, que generan más incertidumbre que certezas", comentó, reflejando un sentimiento común entre los expendedores. 

La situación se complica aún más cuando Boz señala que los estacioneros no son responsables de la formación de precios, un rol que recae en las petroleras. "Si bien sería lógico que haya una compensación por la caída de ingresos, sinceramente no creemos que eso ocurra", añadió, enfatizando el deterioro de la rentabilidad del sector, que ha sido una constante en los últimos años. 

Los expendedores enfrentan un entorno de presión constante, lo que hace que medidas como la anunciada por YPF se perciban con escepticismo. Boz también destacó la falta de una estrategia clara para el canal minorista y cómo eso puede repercutir negativamente en la confianza del consumidor. "Este tipo de medidas, tomadas con escasa antelación y sin una estrategia clara, son un boomerang. Se anuncia una baja sin explicar si se va a recuperar algo del componente fiscal o de los costos de producción. Eso genera confusión en la población y angustia en el sector", concluyó el titular de FAENI. 

Así, en medio de un panorama incierto, la reducción del precio de los combustibles en Argentina se presenta no solo como un intento de alivio para el consumidor, sino también como un desafío para los actores del mercado, quienes deben adaptarse a un escenario en constante cambio.