Probablemente si hay una señal de confianza en el futuro próximo de la política económica, esta estuvo dada por las apuestas inversoras, que a todas luces se vienen retirando del dólar “cash” para buscar instrumentos bursátiles más atractivos en el corto plazo. Y en este sentido, hay que enfatizar que las acciones argentinas, el canal de inversión más rentable en 2022 y 2023, perdieron todo el protagonismo, que se trasladó en febrero a los bonos soberanos.

Aunque no puede hablarse de euforia, está claro que el sentimiento positivo que defiende el mercado no se condice con la realidad macroeconómica de un 2024 recesivo e inflacionario para la gran mayoría de los habitantes, poco familiarizados con las inversiones sofisticadas. Por lo tanto, vuelve a imponerse otra vez la premisa que reza que el mercado se mueve por expectativas más que por los datos concretos del presente.

En los últimos días le dio impulso a esta expectativa que el ministro de Economía, Luis Caputo, declarara que “hay un control fiscal y monetario fuertísimo y eso empieza a anclar expectativas”. También destacó el ministro que “era importante llegar al equilibrio fiscal rápidamente. No hay antecedentes mundiales en que haya pasado lo que pasó. Haberlo hecho el primer mes genera mucha credibilidad. Ahora la duda es si se puede sostener”.

Caputo ve probable eliminar el cepo “antes de fin de año”, confirmó que “la meta es dolarizar cuando las condiciones sean las óptimas” y expresó que las condiciones estarán dadas “cuando logremos sanear las cuentas del Banco Central. Eso viene pasando mucho más rápido de cualquier hubiera imaginado. A la base monetaria amplia la hemos reducido un 27% en términos reales y ya hemos comprado USD 7.500 millones”.

Crece el atractivo de los bonos soberanos ante la debilidad del dólar libre

Los bonos en dólares de Argentina exhibieron en Wall Street ganancias acumuladas en febrero que llegan al 13% en los títulos más cortos, los Globales 2029 y 2030. En la misma línea, el riesgo país de JP Morgan regresó a la zona de los 1.700 puntos básicos, un mínimo desde abril de 2022.

En contraste, el dólar libre profundizó la caída mensual, para ser operado a $1.030 para la venta. Registra en febrero un descenso de 165 pesos o un 13,8%, mientras que recortó las ganancias obtenidas en el primer bimestre de 2024 a solo cinco pesos o un 0,5%, frente a una inflación estimada en un 40% en el período. En una magnitud similar retrocedieron los dólares bursátiles, con el “contado con liqui” y el MEP otra vez debajo de los 1.100 pesos.

¿A qué se debe la debilidad de la divisa?

El analista y asesor de negocios Salvador Di Stefano explica que “la iliquidez en el mercado es manifiesta, la circulación monetaria es muy parecida a la existente al 7 de diciembre de 2023, el viernes anterior a que asuma Javier Milei. La circulación suma $7,7 billones, la falta de dinero en el mercado es manifiesta, y la aceptación de otros medios de pagos, como billeteras virtuales y tarjetas hace que la economía sea más formal, se paguen más impuestos, y los precios sean más elevados. Cuidado”.

“En la actualidad con la falta de billetes es una tarea casi imposible. El dólar tarjeta se ubica en $1.400, mientras que el dólar MEP en $1.050, la conclusión es: ‘No hay plata’ (literal)”, afirmó Di Stefano. “Si tomamos el total de los pasivos monetarios medidos en pesos suman $ 44,5 billones, mientras que las reservas suman USD 27.140 millones, lo que nos deja un tipo de cambio de equilibrio de 1.641 pesos. Este tipo de cambio de equilibrio no se traduce en un precio de mercado, porque la oferta de bonos dolarizados hace que estos instrumentos estén sobre ofertados y generen una caída de dólares. La última colocación de Bopreales serían USD 3.000 millones, y si no hay nuevas colocaciones, quedará el camino libre para una suba en los tipos de cambio”, precisó.

Desde diciembre está vigente el denominado dólar “blend” por el cual los exportadores liquidan 80% de sus ventas a través del mercado mayorista y el 20% mediante el “contado con liquidación”, principalmente a través del Bonar 2030 (AL30C) en el Senebi (Segmento de Negociación Bilateral de ByMA), que le da al mismo tiempo mucho volumen a la operatoria con bonos mientras se descomprime la brecha cambiaria.

“Mientras Milei persiga que las cuentas fiscales y las monetarias estén saneadas, tenemos que concluir que la brecha cambiaria actual es razonable e incluso elevada”, sentenció Walter Morales, presidente y estratega de Wise Capital.

“La brecha se va a achicar a partir de mayo, el 20% de la exportación de la cosecha gruesa se liquide al contado con liquidación inverso”, subrayó.