Crisis en los hornos tucumanos: cayó un 40% el consumo de pan y cierran decenas de panaderías
El presidente del Centro de Industriales Panaderos, Pablo Albertus, advirtió que la caída del consumo, los altos costos impositivos y la competencia ilegal pusieron al sector en una situación crítica. En lo que va del año, unas 70 panaderías cerraron en Tucumán, dejando a más de un centenar de empleados sin trabajo.
La industria panadera tucumana atraviesa uno de los momentos más difíciles de los últimos años. Pablo Albertus, presidente del Centro de Industriales Panaderos de Tucumán, aseguró en Los Primeros que las ventas se desplomaron cerca de un 40% en el último año, arrastradas por la caída del poder adquisitivo y el peso de los costos impositivos.
“Hoy el bolsillo de la gente no da para llegar al día 20, no sé si al 15. Las panaderías viven el día a día, y es muy preocupante”, expresó Pablo.
El dirigente explicó que las boletas de energía llegan con una carga impositiva que duplica el valor del consumo real, lo que dificulta sostener la estructura de los negocios. Pero el golpe más duro, señaló, proviene del mercado informal, donde proliferan productos sin control sanitario ni registro.
“La clandestinidad que hay en el sector es abrumadora. Se vende pan y tortillas en quioscos, verdulerías y almacenes sin saber quién los produce ni bajo qué condiciones”, advirtió.
Según Albertus, alrededor del 70% del pan que circula en Tucumán no proviene de panaderías registradas, lo que genera una competencia desleal para los comercios que cumplen con las normas bromatológicas y fiscales.
Frente a este panorama, aseguró que la asociación trabaja junto a la Legislatura provincial en la creación de nuevas leyes de trazabilidad y salubridad, que permitirían identificar el origen de los productos mediante códigos QR o remitos oficiales.
“No se trata de quitarle el trabajo a nadie, sino de que todos trabajemos en condiciones similares y cuidando la salud de la gente”, aclaró Albertus.
El impacto ya se siente con fuerza: unas 70 panaderías cerraron en lo que va del año, lo que afectó a entre 110 y 120 empleados. Ante la crisis, muchos panaderos buscan diversificar su oferta con cafeterías, sangucherías y nuevas líneas de productos para sostener sus ingresos.
Pese la adversidad, Albertus se mostró esperanzado en que, con las promociones y el Día de la Madre, pueda reactivarse, aunque sea momentáneamente, el consumo. “Queremos que la gente vuelva a comprar en las panaderías y confiterías. Es pan hecho con normas, con controles y con trabajo registrado”, concluyó.