Crisis en Mirgor: suspensión de 300 trabajadores afecta a varias plantas fueguinas
La compañía anunció un ajuste focalizado en sus centros de ensamblaje de equipos electrónicos, atribuyéndolo a la debilidad de la demanda y a cambios en la normativa impositiva que afectan la competitividad del sector.
Mirgor, grupo industrial con fuerte presencia en Tierra del Fuego, puso en marcha una suspensión parcial de su planta de personal que afecta a cerca de 360 trabajadores. La medida alcanza principalmente a las unidades vinculadas a la producción de dispositivos electrónicos —IATEC, Famar y Brightstar— y se implementará, en principio, una semana por mes hasta diciembre.
La compañía, cuya nómina ronda los 2.000 empleados, tomó la decisión ante una combinación de factores: una caída marcada en la demanda de teléfonos celulares y el impacto de las recientes políticas de apertura del mercado que redujeron aranceles sobre productos importados. Según fuentes del sector consultadas para este relato, la merma en la actividad productiva se tradujo en la reducción de turnos rotativos en las tres plantas afectadas.
El mecanismo acordado implica que trabajadores efectivos, contratados y los comprendidos bajo el régimen de Prestación Permanente Discontinua (PPD) interrumpan sus tareas siete días al mes, sin distinciones por antigüedad o modalidad contractual. Fuentes internas indicaron que la decisión no surgió de un despido masivo sino de un ajuste temporal en la operación, con la lógica de preservar la estructura laboral en la medida de lo posible. La medida llega tras el pacto suscripto en mayo entre la empresa y representantes sindicales, que incluyó la cláusula de mantener la totalidad de los puestos de trabajo, al menos hasta fines de diciembre.
Aunque esa garantía sigue en pie, la suspensión mensual constituye una reducción de la jornada efectiva y, por ende, del ingreso laboral durante los días de inactividad. Para el sector de producción de celulares, el recorte refleja una dupla de presiones: menor consumo interno y mayor competencia de productos importados por la baja de aranceles. En este marco, la decisión de Mirgor representa una adaptación operativa para equilibrar costos y capacidad instalada sin recurrir —por ahora— a desvinculaciones masivas.
Quedan por ver los efectos concretos sobre los ingresos familiares en la provincia y la dinámica de empleo local, así como la respuesta sindical y cualquier ajuste adicional que la compañía pueda necesitar si persisten las señales negativas del mercado. Por ahora, la suspensión temporal se perfila como la herramienta elegida para transitar un escenario de menor demanda hasta fin de año.