Mientras se esperan detalles de la agenda del equipo económico en Estados Unidos, las variables financieras expresan el nerviosismo que reina entre los inversores en la previa a las elecciones legislativas de octubre.

Al comparar la Argentina de 2023 con la de 2025 se observa una mejora en los fundamentos macro. Allí el Gobierno anota sus principales victorias: la moderación de la inflación generó una baja en la pobreza y las cuentas públicas se ordenaron para conseguir superávit fiscal. Los pagos de deuda, por su parte, se realizaron sin inconvenientes.

En cambio, el frente externo es el que siempre trajo más dudas: el régimen cambiario con bandas de flotación para el dólar sufrió en las últimas semanas y el Gobierno no ha logrado acumular reservas. Esa falta de divisas es la que genera nerviosismo entre los bonistas, que temen que la Argentina tenga problemas para pagar los próximos vencimientos de deuda.

El mercado expresa esa incertidumbre a través de variables que se desanclan y que podrían volver a encausarse si la visita del equipo económico a Estados Unidos trae alguna precisión sobre la magnitud, los plazos o las condiciones de la asistencia financiera del gobierno de Donald Trump.

Riesgo país en alza

Los vaivenes del riesgo país dan cuenta de la incertidumbre que hay entre los inversores. El indicador elaborado por J.P. Morgan compara el rendimiento de los bonos de las diferentes naciones contra los títulos de Estados Unidos. Dado que el rendimiento es inverso al precio, cuando el riesgo país sube significa que el valor de los bonos locales cayó.

Después de las primeras declaraciones de apoyo del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, el riesgo país llegó a cotizar por debajo de los 900 puntos. Esta semana, sin embargo, estuvo cerca de superar nuevamente las 1300 unidades. Finalmente, cerró en 1165 puntos.

El presidente Javier Milei junto con el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent.
El presidente Javier Milei junto con el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent.
(Foto: AP)

“Seguimos sosteniendo que los problemas de fondo (básicamente acumular reservas de manera genuina) no se moderan con asistencia financiera; esta sólo habilita un mayor grado de acción en la transición a la vuelta a los mercados”, explicó la consultora LCG.

Y añadió: “Esa transición se extiende en el tiempo en la medida que, para garantizar ‘estabilidad’ cambiaria hasta las elecciones, el Gobierno estresa todavía más su programa financiero de corto plazo, volviéndose más dependiente de la asistencia externa. A todas luces es un combo con un desenlace incierto, que se traduce en un riesgo país por encima de los 1000 puntos”.

Dólar demandado y ventas oficiales

La demanda de dólares no cede y en la semana que termina el tipo de cambio minorista recuperó $100 de los $165 que había bajado en los cinco días previos. Así, la cotización de Banco Nación finalizó en $1450.

La suba se dio pese a la liquidación extraordinaria del campo por la baja de retenciones y da cuenta de que la demanda de divisas por parte del sector privado se mantiene alta. Es un fenómeno habitual en la Argentina: cuanto más se acercan las elecciones, más se dolarizan las personas y empresas.

La demanda privada de dólares se mantiene fuerte en la previa a las elecciones legislativas.
La demanda privada de dólares se mantiene fuerte en la previa a las elecciones legislativas.
(Foto: Adobe Stock)

El aumento en el tipo de cambio oficial podría haber sido mucho más importante, pero el Gobierno lo frenó con ventas de dólares del Tesoro -que se estiman en más de US$800 millones- e intervención del Banco Central con ventas de dólar futuro y bonos que ajustan por el tipo de cambio oficial.

Desde Invertir en Bolsa indicaron que la demanda de pesos débil juega en contra de la acumulación de reservas del Tesoro, ya que su participación en el mercado de cambiario generaría un aumento de la demanda que elevaría el precio del dólar y consecuentemente erosionaría aún más la demanda de dinero.