El mercado del petróleo experimentó una jornada de alta volatilidad en un reciente lunes, donde los precios fluctuaron notablemente. Inicialmente, el crudo mostró una tendencia alcista, con un incremento del 1% en sus cotizaciones, pero esta tendencia se revirtió rápidamente, culminando en una caída superior al 4%. Este movimiento en el mercado se produce tras un viernes en el que los precios del petróleo habían registrado un notable aumento del 7%, impulsados por tensiones geopolíticas tras el ataque de Israel a Irán. 

Esta situación generó un incremento en las inquietudes sobre la posibilidad de que el conflicto se expandiera por la región, lo que podría afectar gravemente las exportaciones de crudo provenientes del Oriente Medio. En este contexto, los futuros del crudo Brent se cotizaban a 72,92 dólares por barril, con una disminución de 1,31 dólares, equivalente a un 1,7%. Por su parte, el crudo West Texas Intermediate, indicador del petróleo estadounidense, perdió 1,21 dólares, también un 1,7%, estableciéndose en 70,08 dólares por barril. 

Es importante señalar que, durante las primeras horas de la sesión, el precio del barril había llegado a aumentar en más de 4 dólares, para luego experimentar una caída de 3 dólares. Los analistas observan que ambos índices de referencia del petróleo subieron un 7% el viernes, después de haber alcanzado un pico de más del 13% durante la jornada, logrando niveles que no se veían desde enero. Esta montaña rusa de precios refleja no solo la influencia de los eventos geopolíticos, sino también la complejidad del mercado energético global, donde factores externos pueden desencadenar reacciones rápidas y significativas en un corto periodo de tiempo.