En el mes de octubre, el crédito hipotecario en Argentina experimentó un notable crecimiento, alcanzando un total de $ 207.644 millones en nuevos préstamos. Este monto, al ser convertido a dólares al tipo de cambio libre, equivale a aproximadamente USD 174,9 millones, de acuerdo con los datos proporcionados por el Banco Central.

Este aumento representa un 71% más en comparación con septiembre, lo que consolida la tendencia de recuperación en el sector hipotecario, en un contexto donde se observan mejoras en el mercado inmobiliario, estabilidad cambiaria y una desaceleración en los índices de inflación, así como los efectos positivos del blanqueo de capitales.

La oferta de crédito se ha ampliado, con 22 entidades bancarias presentando sus líneas de financiamiento, que ofrecen tasas de interés del 5% más UVA y plazos que superan los 24 años, como se refleja en el promedio publicado por el BCRA. Instituciones como el Banco Ciudad reportan que están otorgando hasta 10 préstamos diarios, lo que indica un crecimiento constante en el stock de préstamos.

Un informe de LCG señala que el stock de préstamos hipotecarios creció un 20,6% en términos reales durante octubre, lo cual es un indicio alentador, aunque se debe considerar que aún hay una caída real del 29,3% en comparación con el mismo mes del año anterior.

El plan de regularización de capitales, que promete inyectar cerca de USD 20.000 millones en el sistema financiero, es una de las estrategias más esperadas por las entidades bancarias.

El crédito hipotecario dio un gran salto en octubre

El rol del blanqueo

El cierre de la etapa de blanqueo en efectivo, que se prevé para el próximo viernes, permitirá que muchos de estos fondos permanezcan en el sistema bancario, lo que podría abrir nuevas oportunidades de financiamiento.

La expectativa se centra en que los “blanqueadores hormiga” utilicen los dólares regularizados para iniciar la compra de propiedades, aprovechando que el préstamo cubre entre el 70% y el 75% del valor de la propiedad, lo que significa que podrán afrontar el anticipo y financiar el resto a través de un crédito hipotecario UVA.

Además, se prevé que el dinero blanqueado reactive el mercado inmobiliario, incentivando a muchos vendedores a acceder a préstamos de montos menores para adquirir propiedades más valoradas.

Es relevante recordar que, a pesar del incremento de dólares en el sistema financiero, las reglas establecidas por el BCRA desde la crisis de 2001 limitan el otorgamiento de créditos en dólares solo a aquellos que generan ingresos en esa moneda, como los exportadores. Por lo tanto, se espera que el crédito hipotecario continúe funcionando en pesos.

Aún estamos al inicio de este movimiento crediticio; el volumen de préstamos otorgados en octubre es un indicador positivo si se toma en cuenta que a principios de este año las cifras eran casi inexistentes.

El crédito hipotecario dio un gran salto en octubre

Federico González Rouco, economista de la consultora Empiria, destaca que estamos ante un primer arranque en una fase embrionaria del crédito hipotecario, que es un signo de normalidad y estabilización económica, además de evidenciar la confianza del sector privado en el largo plazo.

Qué debe pasar con la inflación

Para que esta tendencia se consolide, es fundamental que la inflación continúe disminuyendo y que los salarios se recuperen. Actualmente, los préstamos se están otorgando principalmente a grupos familiares cuyos ingresos no son inferiores a 2,5 o 3 millones de pesos.

González Rouco señala que, si la actividad económica se fortalece, los salarios mejoran y se reduce la volatilidad, en un plazo de dos a tres años Argentina podría compararse favorablemente con otros países de Latinoamérica en términos de crédito hipotecario. Este tipo de financiamiento es una de las decisiones más significativas a largo plazo que puede tomar una persona, lo que implica que es crucial para la economía y el bienestar personal de los ciudadanos.

En otro contexto, el desempeño de Donald Trump en las elecciones ha generado una respuesta positiva en los mercados financieros, evidenciándose en un aumento generalizado de los principales activos de riesgo, incluso antes de que su victoria sea oficialmente confirmada.