El dólar oficial se dispara a $1.365 y alcanza un nuevo récord
El desorden monetario tras el vencimiento de LEFIs dejó al dólar por encima del centro de la banda cambiaria y a las tasas sin control
El mercado cambiario argentino ha mostrado movimientos significativos en la jornada de este jueves, con el dólar minorista alcanzando un nuevo máximo histórico de $1.365 en las pantallas del Banco Nación, lo que representa un incremento de treinta y cinco pesos respecto a la jornada anterior. En el ámbito informal, el dólar blue también ha experimentado un aumento, cotizando a $1.335, lo que implica un incremento de quince pesos.
Por otro lado, el dólar contado con liquidación (CCL) y el dólar MEP han registrado variaciones al alza, situándose en $1.342 y $1.344, respectivamente. El tipo de cambio mayorista también ha mostrado una tendencia alcista, alcanzando los $1.350. Expertos del mercado han señalado que el régimen de tasas endógenas implementado por el Banco Central está generando tensiones en el sistema financiero. Según el análisis de recientes vencimientos de Letras de Liquidez (LEFIs) y la evolución de las tasas de interés, se ha evidenciado una dinámica desordenada que se ha trasladado al resto de la economía.
Esta situación ha suscitado preocupaciones sobre la estabilidad del sistema monetario, que enfrenta desafíos significativos ante la falta de un mecanismo estabilizador efectivo. Los analistas han mencionado que el exceso inicial de liquidez llevó a una caída abrupta de las tasas, seguido por un faltante generado por una licitación extraordinaria del Tesoro. Este contexto ha propiciado movimientos bruscos en el mercado cambiario, donde el dólar ha superado los $1.300 en su punto más alto, para luego registrar una corrección.
La decisión del Banco Central de retirar su función como intermediario de liquidez ha expuesto los riesgos asociados al esquema monetario actual. A pesar de la volatilidad observada en los últimos días, los especialistas han indicado que se ha logrado cierta estabilización en el tipo de cambio y las tasas. Las condiciones de corto plazo favorecen nuevamente estrategias de carry trade, impulsadas por una disminución en las tasas de interés y expectativas de inflación relativamente controladas. Sin embargo, se enfatiza que la dinámica monetaria continuará siendo volátil hasta que se establezca un marco de mayor previsibilidad y certidumbre en el mercado.
Las exigencias del mercado
La falta de un marco estable para las tasas empieza a evidenciar sus límites. Para 1816, el actual esquema monetario aún no logra ofrecer ventajas visibles que compensen la volatilidad generada. Y aunque el BCRA insinuó en junio la posibilidad de aplicar mecanismos de estabilización, hasta ahora no lo ha concretado.
La decisión de no intervenir en el mercado secundario de LECAPs, como ocurrió el 22 de julio, dejó subir las tasas sin restricciones. Esta actitud contrastó con la intervención de la semana anterior, cuando el organismo sí salió a marcar un piso. Esa inconsistencia preocupa a los inversores institucionales.
Además, parte del salto en tasas respondió a apuestas apalancadas de grandes jugadores en la licitación del Tesoro. Estos inversores actuaron guiados por las señales contradictorias del BCRA, especialmente por los cambios en los encajes para fondos monetarios.
El impacto llegó al crédito productivo. Adelantos en cuenta corriente treparon a tasas superiores al 86% anual, casi 50 puntos por encima del promedio de la semana previa. Este encarecimiento repentino en el crédito a corto plazo amenaza con frenar la recuperación en sectores sensibles de la economía real.