El FMI alertó que las reservas netas de Argentina son “críticamente bajas"
Mientras el Gobierno espera que el Fondo Monetario Internacional apruebe la primera revisión del programa firmado en abril por US$ 20.000 millones, que liberaría un nuevo tramo de US$ 2.200 millones, el organismo salió a marcar de forma directa y sin eufemismos lo que ve como puntos pendientes del programa económico.
En un informe titulado "Desequilibrios globales en un mundo cambiante", el FMI hace un repaso de la situación del sector externo de 30 de las principales economías. Aunque habla de 2024, toma datos hasta mayo de 2025.
A la hora de evaluar a la Argentina, el Fondo dice que la posición externa del país el año pasado era "más débil" que lo que podrían suponer sus "fundamentals" a mediano plazo, es decir, sus datos macroeconómicos.
"Los fundamentals económicos han mejorado sustancialmente desde finales de 2023, pero las reservas internacionales netas siguen siendo críticamente bajas y los rendimientos en los (bonos) soberanos, aunque han bajado considerablemente, siguen siendo elevados", agrega. Los bonos con altos rendimientos (para los inversores) se traducen en un riesgo país alto (750 puntos básicos), lo que implica un costo mayor para acceder al crédito internacional, una alternativa prácticamente cerrada por ahora para el país.
Las reservas son el punto crítico de la primera revisión, que se espera sea tratada por el board del FMI el jueves de la semana próxima. La meta era acumular a junio US$ 4.400 millones, pero como el Gobierno no pudo cumplirla el FMI aceptó posponer la revisión de esa variable para julio. Entre tanto, el equipo económico abandonó la postura de no comprar reservas entre las bandas cambiarias y comenzó a sumar dólares con la toma de deuda y compras del Tesoro.
El ministro Luis Caputo cree que llegaría a cumplir el objetivo. Para septiembre, restaría acumular unos US$ 3.800 millones, según LCG. El giro en la estrategia oficial estaría en línea con la visita de la misión técnica del Fondo hace un mes a Buenos Aires y el interés por destrabar el desembolso pendiente de US$ 2.200 millones.
Este martes por la mañana hubo conversaciones informales entre el staff y el directorio del organismo sobre la primera revisión, según Bloomberg. El board se reuniría el jueves 31.
Pese a las señales de Caputo, el FMI exige más cambios. En su informe publicado este martes, dijo que "la evaluación externa está sujeta a una incertidumbre excepcionalmente alta y depende de la aplicación de reformas estructurales que impulsen la competitividad y la productividad".
Y agrega: "La aplicación sostenida del programa del EFF (Extended Fund Facility o Fondo de Facilidades Extendidas) recientemente aprobado —con su sólida ancla fiscal, un régimen monetario y cambiario más robusto (con medidas activas para reconstruir las reservas internacionales) y reformas que mejoren la competitividad— es necesaria para mantener una balanza comercial sólida, atraer IED (inversión extranjera directa), recuperar el acceso a los mercados y salvaguardar la sostenibilidad externa".
Para impulsar el "vasto potencial" externo de Argentina, en particular en energía y minería, y atraer capitales a largo plazo son claves "un tipo de cambio más flexible, junto con una flexibilización gradual de lo que queda de las restricciones cambiarias (cepo)", dice el Fondo. Además, apunta al manejo de los flujos de capitales y reformas para crear una economía más abierta y orientada al mercado.
El FMI evalúa cinco variables de la situación externa: inversiones, cuenta corriente, tipo de cambio, controles cambiarios y reservas.
Reservas "insuficientes"
Sobre las reservas netas del Banco Central, es decir, las realmente disponibles, el FMI sostiene que, tras caer hasta alcanzar un saldo negativo de US$ 11.000 millones, aumentaron en US$ 6.000 millones durante 2024, "ya que las fuertes compras de divisas compensaron con creces el servicio de la elevada deuda pública en divisas".
Sin embargo, destaca que, a partir de mediados del año pasado, al Central se le complicó seguir sumando dólares y "las reservas internacionales netas cayeron hasta alcanzar un saldo negativo de US$ 6.000 millones a finales de marzo de 2025. La dinámica de las reservas internacionales brutas fue muy similar, alcanzando los US$ 16.600 millones a finales de 2024".
De todos modos, admite que "la situación de las reservas se ha estabilizado desde la aplicación del nuevo programa (con el FMI) y el establecimiento de nuevas bandas de fluctuación del tipo de cambio a mediados de abril".
Su conclusión en este punto es que "la cobertura de las reservas sigue siendo insuficiente. Es esencial realizar esfuerzos tempranos para reconstruirlas".
Ahorros privados en el exterior
Según el organismo, el plan de estabilización condujo en 2024 a un aumento de los activos de reserva (alrededor del 1% del PBI), cierta disminución de la deuda externa del sector público (0,5 % del PBI) y el ingreso de fuertes flujos de residentes, impulsado por el blanqueo.
Mientras, las empresas argentinas comienzan a acceder a los mercados internacionales de capital y normalizan sus pasivos por crédito comercial. Sin embargo, el FMI destacó que las vulnerabilidades externas siguen siendo elevadas.
"La elevada posición de inversión internacional positiva de Argentina refleja principalmente las tenencias del sector privado de activos en el exterior (de bajo rendimiento), mientras que la posición externa del gobierno se mantiene en territorio profundamente negativo (de alto rendimiento) y la posición de activos de reserva neta del Banco Central se mantiene críticamente baja", advirtió.
Déficit de dólares
El informe muestra que la cuenta corriente (la diferencia entre los dólares que ingresan y salen de la economía) pasó de un déficit del 3,4 % del PBI en 2023 a un superávit del 1% en 2024 por la contracción de la demanda en el marco del ajuste fiscal y la devaluación a finales de 2023.
Sin embargo, el Fondo señala que dicho saldo de divisas se redujo desde mediados de 2024 debido a la fuerte recuperación de la demanda, la apreciación del peso y la reducción de numerosos impuestos y restricciones a las importaciones, por lo que proyecta que alcance un déficit del 0,4 % en 2025. El Gobierno, sin embargo, ya habla de 2%.
Dada la débil cobertura de reservas y la falta de acceso a los mercados internacionales, el organismo estimó que una cuenta corriente sostenible debería ser del 1,4 % del PBI, lo que sería coherente con llevar las reservas a cerca del 100 % de la métrica de adecuación de reservas a mediano plazo, "evitando un mayor aumento de los pasivos externos brutos".
Tipo de cambio "apreciado"
Según el reporte, el tipo de cambio real efectivo promedio se mantuvo prácticamente sin cambios en 2024 respecto a 2023, ya que a una fuerte corrección en diciembre de 2023 le siguió una apreciación de más del 40% durante el primer trimestre de 2025 (llevándolo nuevamente cerca de los niveles máximos observados a principios de 2017). En mayo de 2025, esa variable se mantenía en términos generales sin variaciones significativas respecto a los niveles de finales de 2024, en el contexto de la adopción de un nuevo régimen monetario y cambiario y el debilitamiento del dólar estadounidense.
En esa línea, el FMI reconoció que los ajustes salariales se produjeron "con cierto rezago", reflejando probablemente cambios en los márgenes de ganancia. Y que la reciente transición a un tipo de cambio flexible con bandas relativamente amplias "permite que el tipo de cambio se determine más por el mercado, aunque siguen siendo necesarias políticas macroeconómicas estrictas para garantizar un saldo comercial sólido y acumulación de reservas", sostuvo.
No obstante, aclaró que un tipo de cambio más fuerte podría justificarse "siempre que las ambiciosas reformas estructurales en curso generen mayores niveles de productividad y competitividad".
Atención a los fondos especulativos
Por último, el Fondo ponderó el levantamiento gradual del cepo desde fines de 2023, incluyendo las medidas aplicadas en abril de este año. Y señaló que la "cuidadosa flexibilización" de las restricciones respaldará la siguiente etapa del plan de estabilización.
"Estas medidas deberán complementarse con políticas macroprudenciales sólidas para garantizar la sostenibilidad de los flujos de capital, evitando desequilibrios cambiarios y entradas de capitales especulativos y volátiles de no residentes", concluyó.