El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) finalizará en los próximos meses la actualización de la canasta de bienes y servicios que se utiliza para medir la inflación en la Argentina. La nueva canasta incorporará productos y servicios actuales, como plataformas de streaming, y ajustará el peso de la telefonía móvil frente al teléfono fijo, reflejando los cambios en los hábitos de consumo detectados por la última Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares.

El director del organismo, Marco Lavagna, detalló en una entrevista con Infobae en Vivo que este tipo de actualización se realiza cada cinco a diez años y que la última revisión se había hecho en 2016 con datos de 2004. “La encuesta disponible ahora es de 2018; finalizamos todos los trabajos técnicos en marzo de este año y estamos listos para implementarla cuanto antes”, explicó.

Lavagna explicó que la nueva canasta del IPC sumará servicios digitales y ajustará ponderaciones para reflejar los actuales hábitos de consumo de los argentinos
Lavagna explicó que la nueva canasta del IPC sumará servicios digitales y ajustará ponderaciones para reflejar los actuales hábitos de consumo de los argentinos
Cambios clave en la nueva canasta
  • Servicios digitales y telefonía móvil: pierden relevancia los servicios tradicionales como el teléfono fijo, mientras que aumentan los pesos de la telefonía móvil y plataformas digitales.
  • Variaciones regionales: en la Ciudad de Buenos Aires los servicios pesan más que los bienes, mientras que fuera del área metropolitana y en sectores de menores ingresos, la relación se invierte.
  • Impacto sobre la inflación: según Lavagna, la diferencia respecto de la medición actual será mínima, de 0,1 a 0,2 puntos porcentuales, y dependerá del mes.

“El objetivo no es ocultar datos ni alterar resultados; la actualización permite análisis más precisos y cruces con otros indicadores”, aclaró el funcionario.

Cuándo entrará en vigor

La implementación de la nueva canasta ha sufrido demoras por complejidades técnicas y el contexto político. Lavagna señaló que, por precaución y para preservar la comparabilidad anual de los datos, la publicación oficial se espera tras las próximas elecciones o a comienzos de 2026. Durante el período de prueba, la nueva canasta se está evaluando en paralelo con la actual.

El director también advirtió que la actualización no afectará otros indicadores, como la canasta básica alimentaria, utilizada para calcular pobreza e indigencia, y que se aplicarán técnicas de empalme para mantener las series históricas comparables.

Mejoras tecnológicas y desafíos institucionales

El INDEC ha modernizado su recolección de datos, reemplazando el papel por tablets, lo que agiliza los procesos y mejora la trazabilidad. Los equipos del organismo relevan precios en todo el país con frecuencia variable, según el tipo de producto: alimentos se mide varias veces al mes, mientras que servicios como el gas se actualizan menos.

Lavagna destacó la independencia técnica del organismo y la continuidad del trabajo a pesar de los vaivenes políticos, aunque reconoció dificultades para retener personal calificado por salarios menores que los del sector privado.

Respecto a la relación con los gobiernos, indicó que los ministros de Economía pueden consultar datos preliminares antes de la publicación oficial, pero que no mantiene comunicación directa sobre inflación con el presidente Javier Milei.

Además, el funcionario subrayó que medir fenómenos recientes, como el empleo en plataformas digitales, requiere metodologías en discusión a nivel global, diferenciando entre empleo tradicional y trabajadores “ocupados demandantes”, que buscan complementar ingresos pese a tener empleo.

Hacia un índice moderno y transparente

La actualización de la canasta del IPC busca consolidar un índice moderno, transparente y metodológicamente robusto, manteniendo la independencia técnica que el organismo reivindica ante cualquier coyuntura política o económica. La expectativa es que la nueva canasta refleje mejor los hábitos de consumo actuales sin alterar la continuidad histórica de los datos.