La caída de ventas en el sector textil es generalizada y la situación está profundizando la reducción de la producción, los despidos y la desinversión. La pérdida de competitividad y el avance de las importaciones ponen a la industria en jaque y no hay expectativas de mejora.

Según datos relevados por la Fundación ProTejer, cinco de cada diez empresas redujeron su producción en el segundo trimestre de 2025 respecto del mismo período del año pasado. El retroceso promedio fue del 12%. Si la comparación se extiende a 2023, el panorama es más crítico: ocho de cada diez firmas reportaron caídas y la merma promedio asciende al 28%.

Las causas principales son la creciente participación de productos importados en el consumo interno (82% de las firmas), la pérdida de poder adquisitivo de la población (80%) y la apreciación cambiaria (39%). En menor medida, se suman los cambios en las políticas sectoriales (27%), el aumento en los costos de las materias primas (9%) y el deterioro general del clima de negocios (7%).

Empresas textiles advierten sobre caídas de la producción de casi el 30%

La menor producción no hace más que reflejar una demanda deprimida: la mitad de las empresas mostró una baja de ventas en el segundo trimestre de 2025 frente al mismo período del año anterior, con una caída promedio del 7%. Al extender el análisis a los últimos dos años, ocho de cada diez compañías sufrieron retrocesos, con una contracción promedio del 30%.

Este escenario refleja la combinación de dos fenómenos: la reducción del consumo interno por la pérdida de poder de compra de los hogares y la presión de las prendas importadas, que amplían su participación en el mercado local.

En este sentido, las marcas ven, principalmente en China, la posibilidad de reducir sus costos ante la baja de la rentabilidad. Al respecto, el 75% de la indumentaria que se comercializa en shoppings proviene del exterior.

A esto se suma el aumento de las importaciones a nivel de los consumidores, vía plataformas como Shein. De acuerdo con la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), indumentaria y calzado deportivo son una de las categorías más elegidas a la hora de comprar en el exterior, detrás de contenidos audiovisuales y celulares. En términos generales, los principales motivos de compra online internacional son que se consigue mejor precio que en Argentina y hay más variedad.

En este marco, el sector textil pide una reforma tributaria para aumentar la competitividad, además del control de la competencia desleal importada.

Empresas textiles advierten sobre caídas de la producción de casi el 30%

La contracción del sector golpea de lleno al empleo. El 72% de las empresas adoptó medidas que afectaron a los trabajadores desde fines de 2023 hasta junio de 2025. Entre las principales se encuentran la cancelación de horas extras, el cierre de turnos y los despidos. Seis de cada diez compañías redujeron su plantilla en ese mismo período.

El panorama se agrava con el freno a las inversiones. Luego de años en los que el sector registró niveles récord de ampliación de capacidad y adquisición de maquinaria, 7,5 de cada diez empresas no invirtieron durante 2024. La tendencia se mantuvo en el primer semestre de 2025.

Entre los factores que explican este parate se destacan la elevada capacidad ociosa, la retracción del mercado interno, la pérdida de terreno frente a las importaciones y la incertidumbre económica.

El mercado externo tampoco ofrece un horizonte de alivio. Sólo dos de cada diez empresas exportaron en los últimos cinco años, y 7,5 de cada diez señalaron dificultades para vender en el exterior.

Empresas textiles advierten sobre caídas de la producción de casi el 30%

El principal obstáculo identificado es el tipo de cambio, mencionado por el 82% de las compañías, seguido por la presión tributaria (55%). A estos se suman los costos logísticos, la volatilidad macroeconómica, las trabas burocráticas y la dificultad de abrir nuevos mercados.

Las proyecciones empresarias para lo que resta del año no son alentadoras. Cuatro de cada diez firmas prevén que su situación empeorará respecto de 2024, cinco de cada diez esperan que se mantenga sin cambios o no tienen claridad, y sólo una de cada diez proyecta mejoras.

“Estos resultados subrayan la urgencia de políticas públicas activas y coordinadas que fortalezcan el entramado productivo, estimulen la inversión, promuevan el empleo y mejoren las condiciones de competitividad, en un contexto signado por la incertidumbre y la pérdida de dinamismo económico”, afirmaron desde ProTejer.